Milán-Inter: siete goles en un derbi de hace 18 años

Fin de octubre 2006, San Siro. Hace dieciocho años como ahora, compiten en el campo Milán e Inter. Todavía no lo saben al salir al campo, pero están a punto de dar vida a uno de los derbis más épicos de la historia. Terminará con una lluvia de goles, repartidos casi por igual. Los nerazzurri se impusieron por 3-4, confirmando su draconiana supremacía en la Serie A ese año. Pero, más allá del resultado, aquel partido queda grabado en la memoria de todos por la espectacularidad con la que se desarrolló.

Milán Carletto Ancelotti él lo cree. Se alinea con el habitual árbol de Navidad con la novedad de que en el papel de lateral izquierdo Jankulovski le quita la camiseta a Maldini. Frente a Dida, el matrimonio Nesta, Kaladze y Cafu levantan un muro que resultará bastante frágil. En el medio están Gattuso, Ambrosini y Pirlo. Kakà y Seedorf flotan detrás de Pippo Inzaghi.

Zurdo Stankovic se alinea detrás de Crespo e Ibra. En el mediocampo, Dacourt, Viera y Javier Zanetti son llamados a desplegarse, mientras Maicon, Grosso, Materazzi y Córdoba protegen a Julio César. La trama parece inmediatamente clara y es la que llevará a los nerazzurri a un consistente +14 al final del partido, encauzándolos hacia un Scudetto récord.

El Milan intentó hacerse notar con un par de disparos no muy insidiosos de Kaladze y Jankulovski, pero poco después del cuarto de hora fueron sus primos los que abrieron el marcador. Stankovic, que será con diferencia el mejor de su equipo, realiza un centro encantador para Crespo, que empuja hacia el interior de la cabeza. Lo mismo el mediocampista doblará poco después con una bola de fuego procedente del exterior, ante la cual Dida no puede hacer nada. El cero a dos al final de la primera parte es un duro golpe para los rossoneri.

Sin embargo, en la segunda mitad se sacudieron el letargo. Dentro de Gilardino y Maldini para Pippo y Janku. Pero al comienzo de la segunda parte el Inter hizo un triplete: Stankovic, él otra vez, encontrar a Ibra en el medio y el sueco aniquila primero a Nesta, luego a Dida. Ahora la responsabilidad parece un pico insuperable. El público rossoneri está angustiado, pero un golpe desde fuera Seedorf, que ensarta a Julio César, devuelve una tibia esperanza. Lo cual, sin embargo, quedó diluido con el cuarto sello del Inter, esta vez en el 69, con cabezazo de Materazzi asistido por Figo. Sin embargo, el central fue inmediatamente expulsado porque recibió una segunda tarjeta amarilla por una celebración desordenada y complicó la remate de Mancini.

El técnico siente un sudor frío subiendo entre sus omóplatos cuando Gilardino acorta con un cabezazo y, especialmente, cuando Kakà supera a Julio César con un toque suave que lleva el resultado a 3-4.

Demasiado tarde: la fortaleza nerazzurra se mantiene y el Inter suma tres puntos en uno de los derbis más pirotécnicos de la historia.

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