La estafa de Burdeos queda impune: el ‘novio’ absuelto

La estafa de Burdeos queda impune: el ‘novio’ absuelto
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CREMONA – La estafa de Burdeos queda impune: seis botellas de vino encargadas por el verdulero del barrio de Zaist al proveedor por cuenta de la ‘falsa’ nuera de un cliente. Botellas pagadas al instante – 550 euros – al ayudante del proveedor del buen vino, quien, como se descubrirá más tarde, no tenía nada de buena calidad. “Fue terrible.” El Tribunal absolvió hoy ‘por no haber cometido el delito’, Genaro Vilardíde 58 años, napolitano de Afragola, casa de Blevio (Como), acusado en relación con la estafa “con personas que seguían siendo desconocidas”.

la estafa. El 28 de octubre de 2018, a las 10.30 horas, sonó el teléfono en la tienda. «Buenos días, soy Paola Ferrari, la nuera de uno de sus clientes.». El comerciante no se fija, pero el apellido le confunde «porque Ferrari es típico de Cremona», aunque la autodenominada Paola «tiene una ligera inflexión piamontesa». Una llamada telefónica “amistosa y generosa”. El orden. «Tengo que hacer una fiesta con un pinzimonio. Necesito un juego de verduras y un poco de vino. Ten todo listo.” El comerciante escribe en el bloc de notas. Paola le explica que durante la fiesta también debe hacer un regalo importante: «Necesito un vino muy caro, francés, un burdeos.». Le informa que se ha puesto en contacto con el proveedor, «pero me ha dicho que no puede vender el vino a particulares. ¿Puedes actuar como intermediario para mí? Aquí está el número del representante. Su nombre es Fabio.”

La abogada Marilena Gigliotti.

Segundo acto. Llama el comerciante, responde Fabio. «El vino cuesta 550 euros con un precio de reventa impuesto de 840 euros, para un total de 6 botellas.». El rojo no es precisamente barato. El verdulero vuelve a contactar con la esquiva Paola, quien le confirma la compra. «Rápidamente y felizmente con un beneficio de 290 euros», el comerciante hace el pedido al proveedor, quien le da las instrucciones. «La entrega la realiza uno de mis repartidores, también puedes pagar en efectivo.». A las 11.30 el chico está ahí. Le entrega el cartón con las botellas, el verdulero le entrega los 550 euros en efectivo, confiando en que más tarde le enviará la factura y el albarán de entrega.

tercer acto. La mercancía debe entregarse en la calle Ruggero Manna, número 30. El comerciante carga todo en la furgoneta. Pero en el número 30 hay una oficina del contador. Y el teléfono de Paola Ferrari está en silencio. El fiscal había pedido que el acusado fuera condenado a 6 meses de prisión y una multa de 51 euros. El abogado Marilena Gigliotticodefensor del ‘niño’ junto a su colega Raffaella Parisi, subrayó que en el juicio no surgió ninguna prueba contra Vilardi. La absolución y el fraude quedaron impunes.

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