La enfermedad de una mujer en Magenta y la donación de órganos en Legnano para salvar otras vidas

La enfermedad de una mujer en Magenta y la donación de órganos en Legnano para salvar otras vidas
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La enfermedad de una mujer de 66 años, la decisión de la familia de respetar sus deseos, el proceso de donación “con el corazón parado” y luego otras vidas salvadas. Una historia conmovedora. Una historia de esperanza que te hace pensar. Una historia contada por médicos Carlo Capra, Director de la Unidad de Cuidados Intensivos, Magenta e Giovanni Mistraletti, director de la Unidad de Cuidados Intensivos de Legnano con motivo de la entrega del Premio “Donación Estrella”. Un reconocimiento otorgado, el viernes 19 de abril,desde la Fundación Transplant sin fines de lucro hasta la Asst Ovest Milanese. Un premio importante desde el punto de vista humano, entregado en primer lugar en la Sala Stemmi de Legnano en presencia de los familiares de GB, de 66 años, que sufrió una enfermedad mortal en mayo de 2022. Una situación compleja transformada en esperanza de vida para muchos.

A continuación se muestra el relato firmado por los dos médicos y compartido por los familiares de GB que quisieron invitar a la comunidad a seguir el ejemplo y expresar claramente su decisión dentro de la familia: «Es una elección difícil, pero ahora sabemos que su chispa sigue viva. seguir con otras personas”.

Lo ocurrido en la ASST de Milán Oeste a principios de junio de 2022 representa un caso de excelente asistencia sanitaria en la que la generosidad de los enfermos se combina con la altísima profesionalidad de los médicos y enfermeras, para llegar a gestos especiales de gran altruismo y verdadera esperanza para otras personas enfermas. La señora GB ingresó en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Magenta el lunes 30 de mayo de 2022. tras un paro cardíaco tras un ataque asmático agudo. A pesar de la ayuda oportuna, la señora de 66 años sufrió, lamentablemente, lesiones neurológicas muy graves e irreversibles. Precisamente gracias a la rapidez en la atención brindada no surgieron los signos clínicos que determinan la posibilidad de constatar la muerte con criterio encefálico.

En los días siguientes, el pronóstico neurológico resultó trágico. El daño reportado al cerebro es muy grave y no puede resolverse ni siquiera con los mejores tratamientos; su corazón todavía late porque le ayudan medicamentos muy potentes. Una pequeña parte de su cerebro sigue funcionando, pero la señora GB está en coma irreversible: ya no está presente para sus seres queridos y nunca más podrá “despertar”. Su familia sabe bien que ella nunca habría aceptado una vida así; siempre lo declaró. Habría estado continuamente postrada en cama, conectada a respiradores, sin posibilidad de volver a un estado de conciencia… no, nunca lo habría aceptado. Definitivamente es mejor no extender más el tiempo de su “fin de vida”; tratarla por más tiempo sería una obstinación irrazonable, irrespetuosa hacia su historia y con el riesgo real de llevar a cabo una auténtica furia terapéutica.

En la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Magenta, al final de una evaluación multiespecialista prolongada y muy profunda, se compartió con toda su familia un proceso de desistimiento terapéutico, es decir, reducir o interrumpir ciertos tipos de tratamiento, y aceptar que la muerte se produzca de forma controlada pero “lo más natural posible”. Por otra parte, la señora GB siempre ha sido una persona generosa y atenta a las necesidades de los demás. Le había confiado a su familia que quería donar sus órganos, si alguna vez surgiera la posibilidad. “La vida va como debe ir…”, dijo, y “cuando se puede, es bueno ayudar a los demás”.

Aunque no consta un deseo de donación expresado oficialmente mediante una declaración al Municipio o a la AIDO, a través del documento de identidad electrónico o mediante la escritura de instrucciones previas de tratamiento”, gracias a una escucha atenta, la colaboración plena con la familia es una Surgió una posición claramente a favor de la donación de órganos.

El proceso de donación “sentida” (es decir, después de 20 minutos de silencio eléctrico cardíaco) es muy diferente y más complejo que el proceso de donación de “corazón latiendo” (es decir, después de comprobar la muerte con criterios encefálicos). Para ello, se necesitan habilidades de circulación extracorpórea regional, presentes en el ASST del centro de Legnano, gracias también a la valiosa colaboración con el servicio de cirugía cardíaca. De esta posibilidad surgió la idea de trasladar a la señora GB a la unidad de cuidados intensivos del hospital de Legnano, donde continuaron los controles y donde finalmente se llevó a cabo la extracción multiorgánica. Todo surge de la generosidad de una persona y de la elección altruista de su familia, que son condiciones fundamentales e indispensables. Pero poder donar el hígado y los riñones, que fueron trasplantados el viernes 10.06.2022, depende también de un difícil y excelente trabajo en equipo, en el que se demostraron habilidades clínicas, organizativas y relacionales del más alto nivel. De esta manera, se respetó la voluntad de quienes padecieron una enfermedad muy grave (que les llevó a una muerte inevitable), y simultáneamente se le dio un
nueva posibilidad para otras personas gravemente enfermas, que ahora puede volver a vivir.

Es cierto que hay una parte inevitable del dolor: la enfermedad y la muerte son hechos incontrovertibles. Pero también es cierto que hay una parte de dolor evitable: la soledad, la desconfianza. malentendido o falta de voluntad para aceptar lo que está sucediendo. Por supuesto, es difícil, pero estos motivos de “dolor adicional” se pueden prevenir y tratar eficazmente.

En este caso, fue posible construir relaciones profundas y confianza mutua entre los familiares y los dos equipos de tratamiento, tanto en Magenta como en Legnano. Estamos convencidos de que casos como este, que hoy representan la excepción, se normalizarán en un futuro próximo.
Esta trágica historia ciertamente tiene un final esperanzador. Incluso en la extrema dificultad que supone la muerte de tu ser querido, puedes encontrar una gota de consuelo en la continuación de una parte de su vida, gracias a la donación de partes de su cuerpo a quienes realmente las necesitan para seguir viviendo.

Nos gustaría agradecer sinceramente a la Sra. GB y a toda su familia. También queremos agradecer a todos los profesionales que contribuyeron a este excelente resultado. Nos gustaría que esta historia fuera inspiradora para cada uno de nosotros, tanto en términos de confianza mutua como de la altísima competencia técnica y relacional demostrada, y sobre todo en términos de la elección de donar, una elección personal de civismo y altruismo.

Carlo Capra, Director de la Unidad de Cuidados Intensivos, Magenta.
Giovanni Mistraletti, director de la Unidad de Cuidados Intensivos de Legnano

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