Después de 41 años, un arzobispo “florentino” en Florencia

Un arzobispo florentino 41 años después del nombramiento del anterior, Silvano Piovanelli, elegido por primera vez como auxiliar el 28 de mayo de 1982, titular de Tubune de Mauritania, y luego llamado por Juan Pablo II para dirigir la Iglesia de Florencia el 18 de marzo de 1983, tras la muerte prematura del cardenal Giovanni Benelli, ocurrida el 26 de octubre de 1982. Pero no sólo eso: Don Gherardo Gambelli, nombrado ayer sucesor del cardenal Giuseppe Betori, a pesar de haber nacido en Viareggio, creció en Castelfiorentino, donde Piovanelli fue párroco durante casi veinte años, de 1960 a 1979. En la ciudad considerada “la más roja de Italia”, el joven Gherardo, activo en la parroquia de Acción Católica, desarrolló también su vocación sacerdotal y acabó siendo ordenado sacerdote el 2 de junio de 1996. por el mismo Piovanelli, que entretanto se había convertido en arzobispo de Florencia. Por si fuera poco, Gambelli será ordenado obispo en Santa María del Fiore el 24 de junio, fiesta del patrón San Juan Bautista, como ocurrió con Piovanelli, cuyo año, entre otras cosas, se cumple el centenario de su nacimiento. Nació en Ronta di Mugello, en la provincia de Florencia, el 21 de febrero de 1924.
Pero las coincidencias entre ambos no terminan aquí, porque el recién elegido arzobispo de Florencia, entre sus funciones anteriores, también estuvo en la Pieve di Santo Stefano en Pane, la parroquia de Rifredi donde nació la Opera della Divina Provvidenza Madonnina Grappa de testamento de don Giulio Facibeni que tenía a Piovanelli como vicario cooperador, enviado allí como primer nombramiento por un gran arzobispo de Florencia, florentino de adopción, el cardenal Elia Dalla Costa. Y Betori también recordó ayer que Rifredi es “un lugar particularmente significativo para la historia de la Iglesia florentina” al presentar a su sucesor. En la ocasión también explicó que Don Gherardo, que ocupará la silla de los santos florentinos Zanobi y del dominico Antonino Pierozzi, es “el octogésimo séptimo pastor de la serie de obispos y arzobispos de esta Iglesia que conocemos”.
«En esta Iglesia florentina – reiteró Gambelli – nací y crecí, primero como laico en la parroquia de Santa Verdiana en Castelfiorentino, luego como sacerdote en las parroquias de Santo Stefano en Pane en Rifredi, dell’Immacolata y San Martino. en Montughi y de la Madonna della Tosse”. A este respecto hay que decir también que, aunque sólo ha habido un obispo florentino desde el Concilio Vaticano II en adelante, en los últimos años ha habido bastantes obispos elegidos entre el clero de Florencia: recordamos por ejemplo a Claudio Maniago ( primero al frente de la diócesis de Castellaneta y hoy de Catanzaro-Squillace), Andrea Bellandi (Salerno-Campagna-Acerno), Stefano Manetti (primero en Montepulciano-Chiusi-Pienza luego en Fiesole), Giovanni Paccosi (San Miniato) y el padre Giovanni Roncari, que a pesar de ser un fraile menor capuchino se encontraba en Florencia cuando fue designado para dirigir la diócesis de Pitigliano-Sovana-Orbetello, se unió luego a Grosseto en persona episcopi.
Por último, cabe mencionar a un florentino de honor, el cardenal Betori, que ha decidido permanecer en Florencia como obispo emérito y esto, como subrayó ayer su sucesor, «nos llena de alegría, porque demuestra su amor por nuestra ciudad, que ha crecido en los últimos años. años, a pesar del carácter de nosotros, los florentinos, que no siempre destacamos por nuestra capacidad de acoger a los que vienen de fuera”.

Tags:

PREV ROSSANO VÉNETO | FESTIVAL FRÁGIL REGRESA A LA CIUDAD: EXPOSICIONES, ENCUENTROS Y LECTURAS PROGRAMADAS – RETE VENETA
NEXT Ferrarelle está contratando en Campania: el enlace para postularse