La sombra de la “sentencia” sobre el Palacio dei Priori

Promocionar el nombre de Viterbo fuera de los muros cívicos. Un objetivo loable, pero la promoción debe apuntar a realzar las peculiaridades positivas del lugar. Hay tipo y tipo de publicidad. Y la que estos últimos días proyecta en la actualidad nacional un Viterbo “eclipsado” por los acontecimientos – con implicaciones judiciales – del Palazzo dei Priori no es una imagen edificante.

Un escenario que avergüenza enormemente a la administración que se encuentra con la alcaldesa Chiara Frontini y su marido Fabio Cvini, sobre los cuales pende la solicitud de juicio inmediato con la hipótesis de amenazas a un organismo político en competencia por el caso Bruzziches, y al concejal de La belleza, aunque poco presente en el consejo, Vittorio Sgarbi fue enviada a juicio por otros asuntos.

Más allá de la cuestión puramente judicial, que el poder judicial aclarará a partir de las grabaciones presentadas por el ex concejal de la mayoría, ahora en la oposición, Marco Bruzziches, el asunto ha suscitado entretanto muchas protestas a nivel político.

Algunos grupos de oposición, que ya estaban en pie de guerra contra las acciones del Ayuntamiento que les llevó a firmar una moción de censura que no alcanzó el número mínimo de firmas exigido, han estigmatizado políticamente lo que está sucediendo. Sin embargo, no todos, incluso entre los que proponen la moción de censura, han expresado oficialmente su posición al respecto. Mientras que Giulio Marini (Forza Italia-UDC-Fondazione) reiteró que sería más apropiado que nunca proponer ahora la moción para discutir el asunto que involucra al alcalde en la sede del consejo municipal y el miembro de la Liga Norte Andrea Micci ha vuelto a preguntar por la dimisión de Frontini, otros, entre ellos Fratelli d’Italia, están dando vueltas y se reservan el derecho de dar a conocer su opinión en las próximas horas. Incluso del Partido Demócrata de momento no hay ningún comunicado oficial. La cuestión más urgente es comprender cómo piensa el inquilino del Palacio dei Priori afrontar la situación desde el punto de vista administrativo y cuál será la actitud del ayuntamiento. ¿El ejecutivo y la mayoría, una vez superada su confusión, permanecerán unidos y formarán un cordón alrededor de su líder? Actualmente la percepción es la de un tiempo suspendido -y de bocas cerradas- esperando indicaciones.

A nivel político, el impacto del asunto se limita al Palacio dei Priori. Gobernado por un grupo cívico, pase lo que pase no repercutirá en las elecciones municipales de junio. Tampoco sobre la mayoría que se formará en la Provincia. La cuestión clave sigue siendo: ¿cómo será posible dispersar y hacer olvidar la “sombra” que oscurece la imagen de Viterbo y de la administración que lo gobierna?

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