La apretada agenda de la ANPI para celebrar el 25 de abril

La apretada agenda de la ANPI para celebrar el 25 de abril
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de ANPI Cinisello Bálsamo

Cuando la mayor huelga de la Europa ocupada comenzó en las fábricas del Norte el 1 de marzo de 1944, las motivaciones que empujaron a los trabajadores a cruzarse de brazos eran muy precisas: querían el fin de la guerra, del fascismo y de la ocupación nazi. Recordar después de ochenta años aquellas huelgas, que podemos considerar el primer gran acto insurreccional de aquel conflicto, no constituye un ejercicio retórico de memoria, sino un intento de recuperar los valores que empujaron a miles de personas a correr el riesgo de ser encarceladas y deportadas (en Cinisello Balsamo de 53 deportados, 38 trabajadores fueron enviados a campos de concentración durante las huelgas).

También significa recordar que en lo que entonces era sólo una ciudad de trabajadores y campesinos, había decenas de personas de todas las filiaciones políticas que participaron en la lucha antifascista de diferentes maneras: desde quienes escondieron a los soldados después del 8 de septiembre hasta los soldados que no se unieron a la República Social y fueron internados, desde los que participaron en huelgas hasta los que se dedicaron a la propaganda y el sabotaje, desde los que se unieron a las brigadas partidistas de fábricas y ciudades hasta los que subieron a las montañas a luchar, a aquellos que finalmente perdieron la vida. En 1944 cayeron en combate o fueron fusilados: Pietro Meroni, 18 años, Giovanni Marafante, 18 años, Fernando Sala, 17 años. ¿Cómo es posible que todavía hoy no sintamos dolor por esas vidas jóvenes?

Este es un capítulo fundamental de nuestra historia local y a lo largo de los años nuestra sección ANPI ha tratado de mantenerlo vivo, porque nuestra historia está hecha de viejas cortes y fiestas de pueblo, pero también de esta lucha, de este dolor, de esta sangre, mezclado con una visión de futuro en la que la paz, la justicia social y la libertad para todos fueran finalmente la base de la convivencia.

Es esta visión la que ha fluido en nuestra Constitución y nos ha dado un país democrático, unido en la solidaridad y el respeto a los derechos, un país que repudia la guerra. Un país que hoy parece querer escribir otra historia, como lo demuestran las reformas constitucionales en discusión.

Nuestro programa para el Día de la Liberación se basa, por tanto, en nuestra memoria ciudadana, que la actual administración, al preparar las celebraciones del 25 de abril, parece ignorar: el 20 de abril a las 15.30 horas nos reuniremos en la placa colocada en el nuevo cementerio. en memoria de nuestros antifascistas, partisanos, deportados; el día 21 por la mañana recorreremos en bicicleta los lugares de la memoria de nuestra ciudad desde via Giovagnoli hasta el Parque Norte; el 25 de abril a las 11.30 nos reuniremos después de la procesión institucional, en el monumento a los partisanos en via Mariani para una manifestación estática con una exposición sobre 1944 en Cinisello Balsamo, lecturas y canciones y por la noche, después de la manifestación nacional en Milán, Por una polenta antifascista. Porque esto es 25 de abril: un día en el que los recuerdos se renuevan y todos compartimos una celebración juntos.

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