Palermo, los dos policías móviles infieles acuerdan sus condenas

17 de abril de 2024, 12:11

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PALERMO – Dos agentes del equipo volante de Palermo, Fabrizio Spedale y Salvatore Graziano, y el traficante, Ignazio Carollo, han aceptado declararse culpable. Todos acabaron en prisión el pasado mes de octubre acusados ​​de diversos cargos de corrupción y tráfico de drogas.

La jueza de instrucción Ermelinda Marfia aceptó las sentencias acordadas entre los imputados y el fiscal: Spedale cumplirá una pena de 4 años y 8 meses, Graziano, jefe adjunto del almacén de incautaciones, 4 años y 4 meses, y Carollo 4 años y 2 meses. Los dos policías se encuentran bajo arresto domiciliario.

Las relaciones entre los agentes y el narcotraficante habían surgido de una serie de escuchas telefónicas en el marco de una investigación del mismo escuadrón volante, coordinado por el fiscal adjunto Paolo Guido y el diputado Andrea Fusco.

Según la fiscalía, los dos policías, falsificando una serie de documentos, lograron apoderarse de al menos 25 kilos de “humo” que, incautados en el marco de investigaciones antidrogas, deberían haber sido destruidos.

Errores en

Al fiscal Maurizio de Lucía y al diputado Poalo Guido les activaron los micrófonos en el marco de otra investigación y surgieron contactos con la policía. “Te haré hablar con él, pero no quiero estar frente a él, te lo presento, hablas con él y te encargas”, dijo Carollo, hablando con Massimo Ferrazzano, involucrado en otro asunto. Este último explicó el verdadero motivo de su interés: “Para saber si quizás los teléfonos… Para entender si tenemos los teléfonos bajo control.… si les costó algo entenderlo.”

En conversaciones se refirieron a los “caballos que regresan” (refiriéndose a motocicletas robadas y devueltas previo pago de un rescate), mencionaron a “Mirko” que “ya no estaba en la calle” sino “al teléfono” (escuchando teléfonos), y dieron a entender que habían escuchado escuchas telefónicas. Ferrazzano explicó que “hace poco me reuní con él y me dijo que estaban investigando cuatro personas… incluso los del Uditore”. Resultó que se trataba de los carabineros de la comisaría de Uditore, que en realidad habían sido contactados por Fabrizio Spedale. Era él a quien llamaban “Mirko”.

“Ese cornudo era”

Spedale fue contactado por la madre de Carollo.: “Buenas noches señor Fabrizio, soy la madre de Sandro (así llamaba a su hijo)… tal vez si podemos…”. Se conocieron en un bar, la mujer quería noticias sobre su hijo quien, en una conversación posterior, aclaró muchos aspectos: “… ese cornudo era, este cornudo, este Fabrizio, que avisaba de todas las cosas y ahora no”. No lo sé… ahora no me responde, he tenido noticias suyas, le envié un mensaje, no responde. Debes decirle que eres un cristiano sin honor y dignidad. cuando le convenía te follabas a mi m… cuando te convenía que necesitabas el dinero vino a informarme… cierto 200 euros por el motocross… cornudo y policía que eres… Incluso te di el Ciao”.

“Puedes conseguir a los más pequeños”

Había otro policía en la reunión del bar. Uno “con bigote. sarnoso y bajito”. Carollo lo conocía. Usó el nombre “Salvo”, alguien que “haga que los más pequeños paguen”. Era Salvatore Graziano., “un pez gordo, un cornudo y un policía ahí dentro, es grande… puedes decirle una excusa, déjalo adentro y te damos el grande”. Y por último la referencia a los regalos hechos a Spedale: “Una Vespa, una Ciao, el Booster, el Zip”.

También se confirmó la desaparición del hachís dividido en bloques con la cara de “El Chapo” guardado en el depósito policial tras una incautación. Graziano también estaba detenido y no pudo dar explicaciones. Sólo dijo que no estaba de servicio ese día. ¿Qué pasó con las drogas? Según la fiscalía, se lo habría devuelto a Carollo: “… tuvo que ir a tirarlo y en cambio me lo devolvió… me dio veinte mil euros (el valor de la droga, ed.) siempre ha sido así”.

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17 de abril de 2024, 12:11

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