Manfredonia-Nardò: una victoria que vale un campeonato

Manfredonia-Nardò: una victoria que vale un campeonato

Aunque las matemáticas aún no certifican la permanencia del Manfredonia Calcio, también para la próxima temporada, en el campeonato nacional de la Serie D, la victoria de hoy, la obtenida ante un duro Nardò, vale un campeonato en mi opinión.

Más fuerte que mil dificultades, en primer lugar la de haber disputado más de la mitad del campeonato sin el público local presente en las gradas, este equipo, que empezó con el disgusto de la crítica deportiva, se ha recuperado después de las tres primeras jornadas y Ha deseado actuaciones de calidad y victorias inesperadas, que le valieran el crédito y el respeto de sus oponentes pero, sobre todo, demostraron que los escépticos catastrofistas estaban equivocados.

Al mando está MR Franco Cinque, siempre convencido de la calidad de su equipo y de las posibilidades concretas de salvación, asistido y apoyado, minuto a minuto, por el DS Livio Scuotto, artífice de una salvación milagrosa el año pasado con los afragoleses.
No puedo ignorar el fructífero trabajo y contribución a la causa del preparador físico Giuseppe Bianco y del portero Daniele Ranieri.

Dos derrotas, ambas fuera de casa, contra Matera y Gelbison, parecían haberlo puesto todo en duda, pero quienes entienden de fútbol saben bien dos cosas: el declive fisiológico natural de cada equipo y, en este caso, una plantilla entre las menos caras económicamente del campeonato. , con algunas deserciones importantes en el último mes, con las consiguientes dificultades en las sustituciones.

Hoy no ha sido fácil, podría haber sido “no hay dos sin tres” (derrotas), pero el equipo lo ha dado todo, con un Konate suntuoso, a pesar de un cabezazo fortuito y violento con un adversario que le provocó una lesión en la cabeza. Primera parte con varias oportunidades de Nardò pero con Calemme en gran forma que desafía duramente a Viola con una gran tijera sobre la marcha.

Segundo tiempo de gran intensidad para el Manfredonia que finalmente marcó con Paolo Carbonaro que lo recibió de Giacobbe y puso el balón en la esquina con el estadio estallando de alegría. El Manfredonia aguantó bien el terreno de juego hasta el final, con siete interminables minutos de descuento, al final de los cuales se produjo la apoteosis, con el equipo agachado bajo la tribuna este para recibir el justo homenaje por una actuación superlativa.
Antonio Castriota

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