Como parte de las celebraciones de San José, varios barrios de palermo fueron escenario de una inquietante deriva de una tradición local: la realización de grandes hogueras con leña, muebles y objetos diversos, a menudo cerca de edificios públicos, poniendo en riesgo la seguridad pública y privada.
A pesar de los intentos de prevención y de los masivos dispositivos de seguridad establecidos por la policía, incluido el control aéreo, la situación ha degenerado en algunas zonas de la ciudad.
La Policía Estatal, junto con otros organismos encargados de hacer cumplir la ley, trabajó intensamente para identificar y retirar montones de madera listos para ser incendiados, evitando accidentes más graves.
Sin embargo, la víspera de la festividad se produjeron momentos de tensión especialmente intensos en barrios como Kalsa, Ballarò/Albergheria y Piazza Sant’Anna al Capo, donde grupos de personas reaccionaron violentamente al intento de la policía de detener el alumbrado ilegal, arrojando objetos y causando daños.
Después de extensas investigaciones, que incluyeron el análisis de imágenes aéreas y filmaciones, se identificó a 25 personas en relación con los disturbios, y 18 (incluidos 14 menores) fueron denunciadas por diversos delitos, incluidos daños agravados y resistencia a un funcionario público.
Los policías sufrieron heridos y daños en vehículos durante los enfrentamientos, que desembocarán en procedimientos judiciales y solicitudes de indemnización.
Este episodio destaca el desafío de equilibrar tradición y legalidad, destacando la importancia de una mayor conciencia cívica y respeto por la seguridad pública.
