Presentación del libro “Vive” de Umberto Fava

Hay misterio en ese tren que recorre toda la noche y durante casi las 178 páginas del libro, sin paradas ni vueltas, sin conexiones ni retrasos ni avances, sobre el que un lúgubre revisor-carcelero dicta la ley. Y también hay misterio en esa actriz llamada Elettra que se baja del tren en marcha con el paraguas-paracaídas de Mary Poppins, llevando consigo siete baúles. ¿Lleno de qué? Estos son los misterios del nuevo libro de Umberto Fava, “Vives”, subtítulo “Tiempo infinito del verbo vivir”. Libro de cuentos que será presentado por iniciativa de la familia Piasinteina en su sede de via Danilo Anelli y el actor y director Pino Spiaggi.

Se decía que los siete baúles de la actriz Elettra cayeron del cielo. ¿Lleno de vestuario escénico, maquillaje, polvos, espejos, fotografías, souvenirs, cartas de admiradores? No. Cuando los abras, encontrarás que están llenos de nombres pasados, voces pasadas, rostros pasados, días pasados, vidas pasadas. Lleno de Vive, que “pide, querido lector – escribe Fava – que los resucite, los escuche, los recuerde, los conserve, se los cuente a usted y a los demás. Están todos ahí, recién salidos de los baúles de la ninfa Electra, pidiéndome que los tenga en mis manos el mayor tiempo posible, que ponga en tus manos, en nuestras manos, el sentido de sus vidas y de sus muertes, de el haber sido”. Son los “Vive” de Fava, gente conocida o desconocida, familiares y amigos, pequeños y grandes, hombres de cultura y obreros de fábricas, poetas, artistas, actores, sacerdotes, los que trabajaban en el campo y los del periódico. Y también “criaturas muy jóvenes, tiernas y dulces que han adornado la Tierra durante demasiado poco tiempo. ¿No sientes, Señor, que demasiadas manos tiran de tu chaqueta?”. Son los Diez Mil y tantos de la Anábasis de Fava, de su camino ascendente. El tren nocturno viaja por la doble vía de personas reales y nombres reales, y de personas inventadas, de personas anónimas que son poco más que figuras y motas, en su mayoría tipos vanidosos, envidiosos y maliciosos.

Pero también personajes reinventados por la imaginación del autor, como el Pastor Errante de Leopardi que deja su rebaño junto a las vías y también sube para emprender una aventura en el tren. O como Ludwig, que lidera el septeto más bestial que pueda existir, y que se ríe. ¿Quién ha visto alguna vez reír a Ludwig? Fava nos hace verlo reír cuando dice: “Sí, estoy aquí en estas páginas para vengarme de la vida, para burlarme del destino”. Y también está el hombrecito que no cuenta para nada o que sólo cuenta el Vive en el libro, y que dice ser la última rueda del carro, pensando en la última rueda de la Osa Mayor. Seguirá un aperitivo-refrigerio preparado y servido por los incansables Ruscadurs.

PREV Alda Merini vuelve a vivir en el libro de poemas de Carlacchiani
NEXT El escritor israelí Eshkol Nevo en la Feria del Libro con «Legami». Y confiesa: «Por eso amo Turín»