“A cada uno su Everest”. Marino Giacometti explica cómo ir más rápido y más alto

“A cada uno su Everest”. Marino Giacometti explica cómo ir más rápido y más alto
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Giacometti fue uno de los inventores de la carrera a gran altura.

Marino Giacometti con su libro

Marino Giacometti en Monte Padrio @LongLight

“¿De qué estás hablando?” Cuando recomiendas un libro a un amigo, y más aún si lo reseñas, la primera pregunta es inevitablemente ésta. Y en cambio en “A cada uno su Everest”, publicado por Mondadori, el alpinista y skyrunner Marino Giacomettide Corteno Golgi, en provincia de Brescia, organizó las cosas de tal manera que la respuesta era difícil.

La portada, con una silueta corriendo por una cuesta empinada, recuerda a los senderos y las carreras de skyrunning. El nombre del pico más alto de la Tierra, que figura en el título, sugiere que se trata de gran altitud y montañismo. El subtítulo, “cómo llegar al punto donde el cielo y la tierra se encuentran” hace que cualquiera que lo abra casualmente en una librería diga: “¡Entiendo, es un manual!”.

Fuego. Las tres respuestas están bien, pero también son parciales. El libro de Giacometti mezcla consejos sobre cómo entrenar y mejorar en carreras cuesta arriba con la historia de su vida y su montañismo, y luego con la historia de las carreras de montaña., del que el autor fue uno de los creadores y que continuó organizando durante muchos años. Al final volvemos a un tono de libro de texto, con pequeños capítulos dedicados a la preparación, la nutrición y la salud.

Para aquellos que quieran leer primero, y no estudiar para luego poner en práctica los consejos, les sugiero partir de la página 91, donde comienza “una pasión que nace conmigo”, el capítulo que Marino dedica a su vida en el montañas.

El autor no se anda con rodeos (ni la pluma), y tras unas líneas sabemos que su madre se casó con una gran barriga, que la nueva familia vive en casa de sus abuelos, que el pueblo de Corteno está dedicado a su ilustre hijo Camilo Golgi (1843-1926), primer italiano en obtener el Premio Nobel de Medicina. ¿La inteligencia de la luminaria fallecida hace casi un siglo se refleja en los nacidos en el pueblo? Veremos.

En las páginas siguientes seguimos a Marino Giacometti, que a los siete años “migró a la ciudad” (Edolo, hoy 4.356 habitantes) con su familia, que a los trece años descubrió la alta montaña de Pizzo Tresero, que cuando servía en el ejército con Las tropas alpinas en Aosta comenzaron a explorar los 4.000 metros de los Alpes. Sigue un breve período en la oficina, como empleado en una agencia de seguros.

Luego viene el “llamado de la selva”, perdón de la montaña. Acompañan esta parte del libro titulado “Mi Everest”, en el que el autor ofrece un contrapunto a sí mismo. Comenta, sonríe, habla de su próximo objetivo en los Alpes o las montañas del mundo. A lo largo de los años, Giacometti realiza escaladas invernales solitarias en las montañas de su casa y luego parte hacia el Nanga Parbat, donde alcanza los 7.850 metros.

A esto le siguió la cumbre del Broad Peak, otros intentos de alcanzar los “ocho mil” en Pakistán y expediciones científicas a China y Nepal. Mientras escala el Pumori, una de las caras más famosas del Everest, Giacometti conoce a Enrico Frachey, director de la marca FILA. Del encuentro entre ambos, que tuvo lugar a 5300 metros en 1989, nació la idea del skyrunning.

Estamos en la página 117, y de aquí en adelante hablamos de historia del running de montaña. Galope solitario por el Monte Rosa y el Orobie, la primera ida y vuelta sin precedentes entre Courmayeur y la cima del Mont Blanc, un paseo en bicicleta y luego a pie desde Génova hasta Capanna Margherita.

Luego, como protagonista, Giacometti comienza a transformarse en organizador de carreras como la Maratón del Everest en el Tíbetel primer kilómetro vertical que se corre en Cervinia, otros compromisos en Kenia, Malasia y Colorado, carreras más normales como la Maratón de Nueva York y Novedades inusuales, como la carrera cubierta en las escaleras del rascacielos Pirelli de Milán. El último galope del autor llega en 2020, cuando está a punto de cumplir 69 años, entre Alagna y Capanna Margherita.

En este punto el lector, ya motivado, puede abordar la primera y tercera parte del libro. El tercero, como ya hemos dicho, es un manual, que se puede leer en unos minutos pero que luego hay que poner en práctica durante meses. Los consejos prácticos se refieren a una fase de rodaje, una progresión de ritmos y tiempos en la montaña, i sugerencias para maximizar el desempeño “posiblemente sin fanatismo competitivo temprano”.

Resulta más sugerente volver al principio, a las primeras noventa páginas que intentan explicar por qué un hombre o una mujer de distintas edades, y que probablemente ya practica carrera, escalada o senderismo, debe afrontar un período de preparación muy intenso para intentar escalar un “ocho mil”, y posiblemente el Everest.

Quien no tiene destino debe buscarlo para no detenerse y no morir de costumbre., explica Giacometti al principio del capítulo, utilizando letras mayúsculas que pueden tener un efecto perturbador. “El hecho es que el Everest es y seguirá siendo el punto más alto de la Tierra y de nuestros deseos”, continúa.

Después de los consejos sobre preparación hay espacio para hablar George Mallory, De Edmundo Hillary e incluso de Kami Rita Sherpa, que ha subido hasta allí 28 veces. La lectura es interesante y divertida, luego cada uno tiene que poner su propia mente, sus pulmones y sus piernas.

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