Lamezia, “La oración como relación con Dios” en el libro de Don Ricardo Reyes Castillo

Lamezia Terme – Relación, diálogo, estar con el Amado, respirar. Estas son algunas de las palabras clave con las que Don Ricardo Reyes Castillo explica el significado de la oración en el libro “Qué es la oración”, acompañado de ilustraciones editadas por Sor Eleonora Calvo de la Orden Opus Matris Verbi Dei (Siervas de la Palabra). Palabras e imágenes compartidas con el público de Lamezia en el encuentro celebrado en el salón parroquial de la iglesia de S. Giuseppe Artigiano, en el contexto de la novena de preparación a la fiesta patronal de la parroquia.

Ante un público procedente de varias parroquias de la ciudad, entre ellos numerosos jóvenes, el autor, respondiendo a las preguntas de la periodista Saveria Maria Gigliotti, directora de la oficina diocesana de comunicación social, definió la oración “no como una fórmula, sino como un diálogo”. La oración es entrar en una relación con Dios que es una relación, una relación perfecta que lleva a la unidad. Sólo entrando en relación con Dios, que es Relación por naturaleza, puedo relacionarme con los demás.” La oración, por tanto, “no como algo rígido, sino como un soplo que nos da vida. Y sabemos que no se puede vivir sin respirar. Orar es acercarse a Cristo, que es el primero en acercarse a nosotros como hizo con los discípulos de Emaús que tenían prisa y no lo reconocían. La oración nos lleva a repetir la misma pregunta: quédate con nosotros, Señor. Vivimos una vida complicada, llena de contradicciones, pero la gracia más grande es la conciencia de estar con el Señor, permanecer con Él puede ser una herramienta de ayuda, pero la oración es diálogo con el Señor, estar con Él”. Si entre las cuestiones más difíciles en la oración está la posibilidad de no recibir lo que se pide, Don Ricardo nos invita a cambiar el “formato” y pensar en la oración no como una “pregunta/respuesta” sino “como una relación con Dios”. , dejando de lado nuestras expectativas que muchas veces nos hacen daño. Dios no vino a quitarnos la cruz, sino a darle sentido a lo que antes no tenía sentido. Cristo hizo de la Cruz el lugar de encuentro con el amor de Dios”. En la conversación con el público, también hay espacio para el relato de una página personal de la vida de Don Ricardo quien, hace unos años, en un momento de crisis, eligió vivir por un tiempo en una comunidad de drogadictos en Lourdes, “una experiencia que me permitió volver a mí misma, sentirme libre. Con los pequeños que me encontré, experimenté el amor de Cristo. La fuerza de nuestra fe es también ésta: tener la posibilidad de empezar siempre de nuevo”.

Recordando una de las imágenes utilizadas por Don Ricardo en el libro, para Mons. Serafino Parisi “el encuentro con Dios puede tener lugar en la montaña, al final de una subida complicada, pero también puede tener lugar en el abismo de nuestra vida. La subida es agotadora, pero el descenso puede ser mucho más agotador, cuando nos hundimos en lo más profundo de nuestra existencia. La grandeza de la oración está en la certeza de que el Señor os espera allí mismo: en el abismo de la vida, en el abismo de vuestro límite. Sólo tomando conciencia de nuestros límites podemos abrirnos y descubrir a un Dios cercano. La oración es el descubrimiento de nuestros límites y podemos encontrar a Dios precisamente en nuestros límites si cuestionamos nuestros delirios de omnipotencia, nuestra pretensión de autosuficiencia”. Para el obispo de la diócesis de Lamezia, la oración es también “el grito de un padre o de una madre que ha perdido a su hijo y que, desde el abismo de la desolación, grita como Jesús gritó desde la Cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por qué Yo te abandoné. Eso también es oración.” Del prelado, la advertencia dirigida en particular a los jóvenes sobre el “gran drama de nuestro tiempo, en el que el hombre reclama a Dios autonomía y autosuficiencia. Cuando decidimos sacar a Dios de nuestra vida, introducimos otros ídolos y convertirse en esclavos de otros ídolos. La oración es una experiencia de liberación, porque nos presentamos al Señor tal como somos. Y el Señor ya está allí esperándonos, siempre se anticipa a nosotros.” Parisi define la oración como “un beso boca a boca con Dios porque Él nos da su aliento si estamos felices de recibirlo, hacerlo nuestro y vivir de la vida misma de Dios”.

El encuentro fue inaugurado por el párroco Don Fabio Stanizzo quien recordó cómo el encuentro con Don Ricardo es parte del camino de preparación a la fiesta de San José Artesano, quien eligió como hilo conductor la oración, tema indicado por el Papa Francisco. de cara al ya inminente Jubileo de 2025. Una iniciativa que representa también un momento de formación para los jóvenes de la comunidad parroquial que ya se encuentran en la fase de preparación para el verano de 2024.

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