En el viento de la poesía: comida y bestiario en los libros y obras de Alberto Casiraghy

sitio: Galería Browning (Asolo, Treviso).
tratamiento: Andrea Tomasetig.

En Asolo, la Browning Gallery acoge la exposición “En el viento de la poesía: comida y bestiario en los libros y obras de Alberto Casiraghy”, comisariada por el librero anticuario milanés Andrea Tomasetig y en colaboración con la asociación cultural Asolo Arte.

Alberto Casiraghy ​​es un artista que reúne muchos talentos. Es ante todo un tipógrafo que compone a mano libros de ocho páginas, al estilo Gutenberg, con tipos móviles (con un aforismo, un poema breve o un pensamiento y junto con una obra original), luego los imprime y los cose a máquina. entregar en tan solo unos minutos. También es autor de sorprendentes aforismos que dan en el blanco y no caen en el olvido. También es el diseñador gráfico que acompaña muchos de esos folletos con sus obras originales de sabor surrealista-dadaísta, creando en ocasiones originales libros objeto. Por último, es el editor de las ediciones Pulcinoeditore – cariñosamente llamadas pollitos – que en cuarenta y dos años de actividad han producido casi doce mil títulos, a los que han contribuido cientos y cientos de escritores, artistas y gente corriente.

Más de un centenar de piezas se exponen en las tres plantas de la Browning Gallery, entre publicaciones y obras originales, ordenadas con una hábil maquetación por el arquitecto Leo Guerra, bajo el lema de un doble tema: la comida en sus múltiples vertientes y el bestiario personal. real y fantástico, del artista.

El mundo de la cocina se presenta en una amplia selección de pollitos con aforismos, reflexiones y versos de escritores y gastrónomos. Van desde los agudos pensamientos del escritor Aldo Buzzi (el profético “En épocas de decadencia el culto a la cocina se vuelve excesivo”) y del estudioso Alberto Capatti (“Sin la olla el libro no hierve”) hasta las reflexiones de chefs famosos, como Gualtiero Marchesi (“siempre he comparado el arte de cocinar con una música que te envuelve y te penetra implacablemente”) y Davide Oldani, a los que se suman recetas literarias irónicas como en el caso de Francis Scott Fitzgerald.

Los folletos siempre tienen un doble registro de lectura: texto e imagen compiten entre sí para aparecer mejor. Por eso, además de la agudeza del pensamiento, merecen mencionarse los imaginativos dibujos a tinta y acuarela de Alberto Rebori, los grabados rasposos y de humor negro de Luciano Ragozzino, los sabios oros de Luigi Mariani, los panes magistralmente diseñados por Roberto Giavarini, el sofisticado Libros-objetos de Roberto Bernasconi.

También la bebida y el vino tienen su propio espacio: junto a los elogios al vino de los grandes poetas de Oriente, Omar Khayyâm y Li Po, hay dos botellas con etiquetas de artista, obra de Casiraghy, para dos ilustres destinatarios, el impresor Giorgio Lucini y el Papa Francisco, recordados por sus “conciudadanos” con un Grignolino d’Asti elaborado en un viñedo de Portacomaro “en homenaje a las raíces de sus antepasados”.

De particular interés son algunos libros-objeto, donde texto y objeto, a veces todavía de papel, dialogan entre sí dentro de la misma edición. Así, impreso en un papel que hace referencia a su pasta, es un homenaje al Gorgonzola (2010), mientras que un tarro de cristal que contiene personajes protagonistas se convierte en alimento para la mente. El conjunto es un catálogo gastronómico imaginativo y original.

La otra sección expuesta está dedicada a los “amigos de los animales” y ve a Alberto Casiraghy ​​​​como único autor de libritos líricos sobre el tema y sobre todo de obras únicas en técnica mixta de mayor formato, pobladas de animales libres y fantásticos, un El extraordinario Bestiario se expandió a una dimensión onírica e imaginativa y por primera vez se reunió de manera tan copiosa. Se trata de un corpus muy variado e incluye ballenas arponeadas, peces voladores, cabras y caballos con un misterioso ojo gigante, gatos esculturales, corderitos, pájaros y nidos junto a rinocerontes, cebras y otros animales de la “querida África”. Pero no se trata de representaciones naturalistas, sino más bien de presencias sorprendentes en contextos surrealistas, que atestiguan su profunda conexión con el universo imaginario de Alberto Casiraghy.

Paralelamente a la exposición Asolo, será posible visitar en Venecia la exposición “El arte en los libros y obras de Alberto Casiraghy” (Bottega Cini, Dorsoduro 860 A), comisariada por Andrea Tomasetig. Es una oportunidad para conocer más de cerca, coincidiendo con la inauguración de la Bienal, al artista que hizo del libro su instrumento preferido, acercándose más que nadie -en el entrelazamiento de tipografía, palabra y arte- a la elusiva meta. del arte total.

Inauguración
Sábado 4 de mayo a las 18.00 horas

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