porque es un farol, el análisis

Vladimir Putin se abre a un alto el fuego en Ucrania. El presidente de Rusia, el día en que formaliza el compromiso global de 700.000 hombres en la “operación especial”, sugiere el diálogo poniendo como condiciones el cese de la entrada de Kiev en la OTAN y el reconocimiento del status quo de la guerra: las regiones ocupadas -pero no totalmente controladas- deberían considerarse parte de Rusia. Volodímir ZelenskiEl presidente ucraniano ni siquiera toma en consideración la “propuesta”: “Ya se ha oído un ultimátum, palabras de Hitler”, lo abrevia.

El mensaje de Putin anunciando el despliegue no es nada nuevo.. Ya en el pasado, y en más de una ocasión, el presidente ruso ha planteado la posibilidad de llegar a una solución negociada. En realidad, Moscú siempre ha sentado bases inaceptables para Ucrania, empezando por la renuncia de Kiev a sus territorios. Ahora, mientras Zelensky da la bienvenida a 90 líderes a una conferencia de paz en Suiza, Putin retoma parte del escenario.

La propuesta de tregua se convierte en base para futuras reflexiones y observaciones de analistas y expertos.. El Instituto para el estudio de la guerra (ISW), un think tank estadounidense que sigue la evolución del conflicto iniciado en febrero de 2022, destaca que la propuesta de Putin no puede considerarse creíble por una serie de razones.

Porque la tregua le conviene a Putin

En particular, El alto el fuego no impediría que Rusia retome su ofensiva para destruir Ucrania. como Estado soberano: Moscú “aprovecharía cualquier respiro para preparar futuras operaciones ofensivas en Ucrania”, observa ISW. La intervención militar en Crimea y Donbass en 2014, además, “violó numerosos compromisos internacionales asumidos por Rusia de respetar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, incluido el reconocimiento de la independencia en 1991 y el compromiso asumido con el Memorando de Budapest de 1994” con el que Moscú se comprometió a no socavar la soberanía de Kiev.

“Un alto el fuego permitiría a Rusia reconstruir las fuerzas dañadas, asignar recursos a una ofensiva a gran escala y aumentar el esfuerzo de su industria militar sin la carga de las necesidades operativas inmediatas en Ucrania”.

Además, Putin podría aprovechar la pausa para “preparar fuerzas armadas más fiables para llevar a cabo una serie de operaciones ofensivas destinadas a subvertir al Gobierno de Kiev, lograr la desmilitarización del país y”, en última instancia, “conquistarlo”. Ucrania también podría beneficiarse de una interrupción de las hostilidades pero, según el ISW, “el Kremlin podría esperar – razonablemente – que la congelación de la línea del frente haría que el apoyo occidental fuera menos oportuno” a Kiev: cuando se reanude la guerra, los dos países llegarían en condiciones diferentes.

Por qué Putin no puede renunciar a la victoria en Ucrania

El ISW esboza un escenario de posguerra, en caso de una posible victoria rusa. Las fuerzas de Moscú podrían desplegarse a lo largo del flanco oriental de Europa desde el Mar Negro hasta Finlandia. Derrotar a Ucrania permitiría a Putin borrar una amenaza y aislar a un adversario potencial en caso de una “posible guerra convencional” con la OTAN.

La ISW va más allá y considera otros aspectos: Putin, con Ucrania bajo control, tendría recursos y hombres adicionales para utilizar. “Putin y el Kremlin ven una victoria en Ucrania como un requisito previo para librar una guerra con la OTAN y cualquier alto el fuego o acuerdo que no prevea la capitulación de Ucrania” sería considerado “una pausa temporal en el esfuerzo por destruir un Estado ucraniano independiente”.

Por tanto, es previsible que el presidente ruso siga haciendo referencia periódicamente a la hipótesis de una solución negociada al conflicto. La primera apertura se remonta a diciembre de 2022. cuando, según ISW, Moscú pretendía frenar el proceso que llevaría a Occidente a suministrar tanques a Kiev. El guión se repitió un año después, en el invierno de 2023 y 2024, en los meses en los que Estados Unidos estaba sumido en un largo debate interno que ralentizó el envío de ayuda militar a Ucrania. La aparente voluntad de Putin de negociar podría haberse afianzado en un momento particular del conflicto, con Zelensky en una situación difícil y significativamente más débil en una posible mesa.

Ahora, la nueva ‘apertura’ del presidente ruso coincide con otra fase crucial de la guerra: Ucrania acaba de recibir el visto bueno de sus socios occidentales y ha comenzado a utilizar armas de la OTAN contra objetivos militares en Rusia.

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