Putin no ordenó eso directamente Navalni fue asesinado. Las agencias de inteligencia de Estados Unidos lo dicen, como Wall Street Journal (WSJ) citando a “personas familiarizadas con los hechos”. Poco importa, se podría decir, dado que Navalny murió en una prisión de máxima seguridad, donde estuvo recluido en régimen de aislamiento, tras haber sufrido envenenamiento con el temible Novicok años antes. “El 16 de febrero de 2024, en la colonia penitenciaria número 3, el recluso Naval’nyj AA se sintió mal después de un paseo y perdió el conocimiento casi de inmediato”. Así lo escribieron funcionarios del Servicio Penitenciario Federal Ruso. Todo aséptico, todo casual. Ningún responsable, sólo una muerte “aparentemente” natural. Como muchos otros que ha habido en el régimen de Putin.
Pero volvamos a las noticias que llegan de Estados Unidos. “La evaluación no cuestiona la responsabilidad de Putin” por lo sucedido, “sino que considera que probablemente no lo ordenó en ese momento”, escribe el WSJ, subrayando que la consideración “es ampliamente aceptada dentro de la comunidad de inteligencia, la inteligencia es compartida por múltiples agencias, incluida la CIA, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la unidad de inteligencia del Departamento de Estado”.
Sigue siendo el misterio sobre cómo se produjo la muerte del disidente ruso, que en los últimos años se había convertido en el enemigo público número uno del Kremlin. No todo el mundo cree que Putin no haya actuado para acelerar, de alguna manera, el fin de Navalny. Algunos servicios secretos europeos no están convencidos de que Putin no haya tenido ningún papel en la muerte. La Fundación Anticorrupción, fundada por el propio Navalny, afirmó que el disidente fue asesinado después de que Putin tuviera conocimiento de un posible intercambio de prisioneros con Estados Unidos y Alemania, interviniendo con todos los medios para impedirlo. ¿Fantasía política? No lo sabemos. Maria Pevchikh, jefa de investigaciones de la fundación, explica que su organización hizo muchos esfuerzos, hasta el final, para intentar obtener la libertad de Navalny. Leonid Volkov, ex mano derecha del disidente, dice que la idea de que Putin no fue informado y no aprobó el asesinato de Navalny es “ridícula”.
Moscú también comenta el artículo del Wall Street Journal. Lo hace de una manera poco halagadora.
“No es de gran calidad” y contiene “razonamientos vacíos”, afirma el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, según la agencia Tass.
