Israel se está preparando para atacar Rafah y concentrar tanques a lo largo de la frontera sur con Gaza, en el cruce israelí de Kerem Shalom. Egipto intenta una mediación de última hora para intentar bloquear la ofensiva y envía una delegación a Israel para retomar las conversaciones para un alto el fuego temporal entre Israel y Hamás y la liberación de los rehenes. El equipo está dirigido por Abbas Kamel, el poderoso jefe de inteligencia egipcio que se espera que se reúna con el jefe del Mossad, David Barnea, y el asesor de seguridad nacional, Tzachi Hanegbi. El actual acuerdo propuesto entre Israel y Hamás prevé la liberación de 33 rehenes, entre ellos mujeres, soldados, adultos y heridos. La duración del alto el fuego según el acuerdo dependerá del número de secuestrados liberados.
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Según una fuente saudí, Egipto ha presentado no obstante una nueva propuesta a Israel para congelar la operación de Rafah a cambio del inicio de negociaciones. En la ciudad fronteriza, refugio para más de un millón de palestinos, la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias temen un baño de sangre. Según fuentes israelíes, Netanyahu aún no ha dado el visto bueno a la operación pero todo hace pensar que es inminente. Mientras tanto, la gran fuga ha comenzado. Según las FDI, entre 150.000 y 200.000 civiles palestinos ya han abandonado Rafah desde el 7 de abril. Y a Egipto llegaron entre 80.000 y 100.000 personas. Por tanto, El Cairo hará todo lo posible para evitar lo peor.
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Según el sitio web israelí Walla, que cita a un alto funcionario israelí, las discusiones se refieren a una propuesta para la liberación inicial de 20 rehenes considerados casos “humanitarios”. Un líder político de Hamás, Ghazi Hamad, aseguró a la AFP desde Qatar que un asalto a Rafah no permitirá a Israel lograr “lo que quiere”, es decir, “eliminar a Hamás o recuperar” a los rehenes. Pero Netanyahu sigue creyendo que es necesaria una ofensiva para derrotar a Hamás y liberar a los rehenes.
