La tensión en Medio Oriente es como la niebla: se puede cortar con un cuchillo. De hecho, desde que Irán atacó a Israel, el equilibrio internacional se está resquebrajando y el temor es que las provocaciones mutuas entre los protagonistas desemboquen en una guerra abierta sin vuelta atrás. Hay quienes sostienen que el poder de Teherán sería difícil de contrarrestar y quienes, por el contrario, confían en las posibilidades de Tel Aviv (en términos de disuasión). Pero los escenarios también son sombríos para el resto del mundo. El post publicado en X por el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí también nos lo recuerda. Una foto llama la atención de muchos: la del Coliseo (monumento de Roma y símbolo de Italia) sobre el que está a punto de caer una lluvia de misiles.
“El reciente ataque de Irán contra Israel es sólo un anticipo de lo que pueden esperar las ciudades de todo el mundo si no se detiene al régimen iraní”: estas son las fuertes palabras escritas para acompañar la imagen, ya de por sí grandilocuente. “El mundo debe designar a la Guardia Revolucionaria iraní como organización terrorista y sancionar el programa de misiles balísticos de Irán, antes de que sea demasiado tarde”, añade el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. Mientras tanto, el ejército israelí lleva a cabo una operación antiterrorista en el campo de refugiados de Nur Shams en Cisjordania y la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado el paquete de ayuda de 26.400 millones de dólares para Israel.
