(por Francesco Gallo) Sabemos que a medida que envejecemos nos volvemos más frágiles, olvidamos cosas y muchas veces nos emocionamos, pero cuando le sucede al Sr. Wolf realmente te impresiona y no te sienta bien. Esto es lo que ocurrió en el Festival Filming Sardegna de Tiziana Rocca cuando conoció a Harvey Keitel, actor y productor de cine estadounidense de 85 años.
Hablamos del intérprete de Mean Streets de Martin Scorsese, con quien también trabajó en Taxi Driver y La última tentación de Cristo, y también protagonista de la primera película de Ridley Scott, The Duellists. Y de nuevo intérprete en Thelma & Louise también de Scott, The Bad Lieutenant de Abel Ferrara, Piano Lessons de Jane Campion, pero sobre todo en Reservoir Dogs y Pulp Fiction de Quentin Tarantino.
Y esto no termina aquí. Entre los próximos títulos del actor de culto se encuentra ahora Milarepa, de Louis Nero, una película ambientada en un mundo donde la naturaleza ha superado a la tecnología y en la que Keitel interpreta a Buda.
“Louis es un director brillante – dice el actor entre muchas pausas y olvidos -. Juntos hablamos sobre el significado de la vida y de la muerte porque esta película trata sobre la religión budista.
En la primera escena me encuentro con una niña de once años que se vuelve hacia mí y me hace una pregunta: ¿cuáles son tus demonios? Y yo le digo: son los pensamientos negativos que hay dentro de ti los que necesitas aprender a controlar”.
“He tenido mucha suerte en mi carrera porque he conocido a muchos directores importantes – subraya -, pero el que mejor me entendió fue Abel Ferrara (que le dirigió en 1992 en El mal teniente). Nos conocimos en un momento particular de mi vida donde estaban sucediendo cosas profundas dentro de mí y él las vio y las entendió. Yo lo necesitaba y él me necesitaba. Trabajamos juntos en el guión de la película, que fue escrito inicialmente por Zoë Lund, una mujer muy hermosa e inteligente. Mujer que murió demasiado joven por adicción a la heroína”.
En 1994 le tocó el turno a Pulp Fiction de Tarantino, donde Keitel era el Sr. Lobo. “Quentin era un director joven tan extraño como brillante. Me lo presentó un colega del estudio de actores.
Luego vino a preguntarme si quería hacer una película con él y confié en él. Cuando leí el guión de Pulp Fiction, pensé que estaba viendo el guión de Las lecciones de piano de Jane Campion.
Fue muy hermoso, perfecto”. ¿Haría Keitel hoy una secuela de Pulp Fiction? “Haría todo con ese tipo”.
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