«Poz hizo algo increíble, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón»

«Poz hizo algo increíble, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón»
«Poz hizo algo increíble, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón»

Roberto Begnis Ayer arbitró el último partido de su carrera durante el partido amistoso disputado en Trento entre Italia y Georgia. A pocos segundos del final, tiempo muerto del técnico Gianmarco Pozzecco para rendir homenaje al silbante nacido en 1967, que acumula una carrera de 701 partidos a sus espaldas. En 2013, elegido mejor árbitro de la Serie A, Begnis habló con el Corriere della Sera tras la gran ovación que recibió en el Il T Quotidiano Arena: «¿Qué tan emocionado estuve del uno al diez? Diría… once porque en ese momento entendí por qué debía considerarme afortunado. Soy un apasionado del baloncesto y desde hace 24 años tengo la oportunidad de vivirlo no en la televisión o como mucho en las gradas, sino en la cancha, directamente y a pocos centímetros de mi larga nariz”, afirma Begnis.

Sobre el gesto de Pozzecco. «Hizo algo increíble, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón.. Creo que fue un certificado de estima y credibilidad hacia mí: lo que queda de ese momento es que quisimos reconocer lo que hay detrás de la figura institucional del director de carrera. O sea: detrás de un árbitro siempre hay una persona, en este caso Roberto Begnis. En el deporte hay juego de roles, cada uno tiene un papel: pero el respeto a todos es fundamental”.

Insultos recibidos en la carrera.. «Mira, puedo decir que el público del baloncesto es de media muy superior ante determinadas situaciones. También me gustaría señalar que nuestro deporte se practica en instalaciones sin barreras físicas: desde las gradas altas hasta los parterres, cualquiera, si quisiera, podía incursionar. Sin embargo, no sucede porque hay mucha conciencia. En cuanto a insultos, no, nunca he recibido ninguno aunque el árbitro de primera instancia sea visto como un policía que pone multas. Cuando surgía una situación polémica nunca nadie me decía “Begnis, joder…”, si acaso la frase era: “Vamos, Bobo…”. Sí, Bobo, la versión simplificada de mi nombre. ¿Puede el árbitro cometer un error? Cierto. Y a veces incluso es necesario pedir disculpas. Lo importante es que se reconozca la buena fe: de entrenadores y jugadores siempre he recibido mensajes de diálogo, no de acritud”.

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