Una victoria que, incluso más que los dos Mundiales, le sitúa al lado de los monstruos sagrados.

Una victoria que, incluso más que los dos Mundiales, le sitúa al lado de los monstruos sagrados.
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La dinámica del deporte es insondable. Ocurre así que ganas dos Mundiales de MotoGP y, a pesar de ello, todavía no eres considerado como los pilotos del pasado. Seguro campeón, seguro; pero aún no es una leyenda. Hoy Francesco Bagnaia ha logrado subir este último y difícil escalón. Ahora ya no es sólo el gran piloto que, no lo olvidemos, contribuyó decisivamente al desarrollo de Ducati, llevándola a convertirse en la moto de referencia y más buscada del circo; ahora ‘Pecco’ es considerado a todos los efectos un monstruo sagrado de MotoGP, como lo han sido Marc Márquez, Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Casey Stoner en los últimos quince años. Hasta ayer, a pesar del historial, la comparación con estos fenómenos parecía arriesgada, incluso fuera de lugar. Ahora se ha cruzado la frontera: Bagnaia ha entrado definitivamente a formar parte de ese pequeño círculo de ciclistas que, en el imaginario colectivo, marcan una época y cuya memoria no perecerá ante el paso inexorable del tiempo.

Puede parecer exagerado, pero la victoria de hoy, en términos absolutos, quizás valga más que las dos Copas Mundiales enumeradas. Se trata claramente de una hipérbole deliberada, pero Bagnaia ha entrado definitivamente en una dimensión diferente. Abordó el partido con la actitud furiosa de un campeón, decidido a reaccionar tras un comienzo de temporada complicado. No es la primera vez que ‘Pecco’, cuando se encuentra de espaldas a la pared y lo dan por muerto, consigue sacar a relucir recursos desconocidos que le llevan a crear obras maestras especiales: este don hay que reconocerlo. El doble adelantamiento en la primera vuelta contra Bezzecchi y Martin fue una antología. Luego, primero el cuerpo a cuerpo con Martín, que cayó en un intento de contener al atacante vigente campeón, luego el mitológico con Marc Márquez. El destino parecía ya escrito, porque el ibérico lo había compensado bajo el mando del italiano con un ritmo decididamente más rápido. Pero fue entonces cuando se disparó la chispa. ‘Pecco’ se vio amenazado por uno de los pilotos más fuertes de la historia, que se incorporó a un equipo satélite de Ducati y era un serio candidato a unirse a él en 2025. Un momento muy delicado, por tanto, con jerarquías internas aún por escribir y juegos psicológicos. con implicaciones imponderables. Bagnaia tuvo que demostrar en ese momento que era el más fuerte, a cualquier precio, incluso arriesgándose a caer. Y lo ha hecho, sin pensar en los puntos para el Mundial, sino sólo para poner el volante delante de un rival contra el que, no es ningún misterio, hay rencor..

Después de los títulos de 2022 y 2023, el listón se ha elevado aún más en 2024. Bagnaia tiene que lidiar con un Jorge Martín ya maduro (cuya relación con Ducati podría empeorar si no asciende al equipo oficial de 2025) y, sobre todo, Márquez vuelve a ser competitivo tras dejar Honda y abrazar la moto más dominante de los últimos años, aunque en la versión 2023. Se avecina, por tanto, una batalla a tres bandas por el título entre el italiano y los dos españoles, y con toda probabilidad la espectacular de hoy. El duelo habrá sido sólo un aperitivo de lo que nos espera. ‘Pecco’, en cualquier caso, ha demostrado que está preparado, gracias a una nueva estado lo que, ahora sí, le proyecta entre las leyendas de MotoGP.

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