de Fonseca a Mensik, de Shang a Van Assche

Darwin Blanche necesariamente tuvo que pagar el precio de la inexperiencia y la emoción, con todos los focos brillando sobre él en Madrid, como un niño prodigio de 16 años de la escuela yanqui, apenas en su segundo partido en el panorama Masters 1.000, tan lejos en clasificación y nivel. Además, frente a su ídolo Rafa Nadal, en la avenida sunset, lo que había atraído a una multitud de amigos íntimos para él y para todos los demás, de estrellas mundiales del tenis y de otros deportes. Pero el chico grande de Florida que va a la escuela en España con Juan Carlos Ferrero regatea en Villena con Carlos Alcaraz es sólo la punta del iceberg de los jovencísimos que actúan esta semana en la Caja Mágica.

FENÓMENO FONSECA

La luz más brillante es la de El brasileño Joao Fonseca, nacido 17 años. pero muchos, muchos más en cuanto a tiros, visión y elecciones de juego, y más aún en cuanto a personalidad y capacidad de reacción. Así como por predisposición al espectáculo. Si Blanch tiene que agradecer un gran físico pero también el dinero de su padre, que financió las mejores escuelas y profesores del mundo, El chico de Río tiene la estima muy evidente del campeón. Desde la sincronización perfecta hasta el bagaje completo de tiros, pasando por la inventiva, con explosión continua y carreras muy rápidas hacia la red gracias a dos pies alados. Número 1 del mundo junior el año pasado, con el título en el US Open, al final de la temporada fue invitado por la ATP para entrenar con los protagonistas de las Finales de Turín y, este año, después de haberse formado en el Torneos Challenger con algunos viajes paralelos en el ATP “250”, donde ha alcanzó los cuartos de final en Río y Bucarest, ennobleció el comodín madrileño ofreciendo, desde el puesto 242 del ranking mundial, una actuación estupenda en la remontada ante otro chico terrible, Alex Michelsen, de 19 años. Quien está mejorando mucho su juego y su físico.

Y, de un potente bateador de 1,93 m, un clásico jugador americano de pista dura, se está convirtiendo en un jugador completo para todas las superficies. Como el francés de su misma edad, Arthur Fils, que también voló principalmente en ataque y más aún en la conquista de la red donde se exalta y se divierte, mientras se construye la indispensable fase defensiva de concreción y continuidad. A probarse en Madrid ante el peligroso Altmaier.

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