De siete victorias consecutivas a un mes catastrófico. Pero ¿quién está causando su dolor…?

De siete victorias consecutivas a un mes catastrófico. Pero ¿quién está causando su dolor…?
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Lazio, Slavia Praga, Empoli, Slavia Praga, Verona, Fiorentina y Lecce. Roma, Sassuolo, Roma e Inter. Siete victorias consecutivo A quien Siguen tres derrotas y un empate. ¿Cómo es posible que el Milán, en el momento en el que parecía estar en el mejor momento de la temporada, se derritiera como la nieve al sol? Todas las certezas y fundamentos que habían conducido al segundo lugar y a la Cuartos de final de la Europa League se desmoronaron en menos de un mes, trayendo con fuerza todos los defectos, histórico y nuevo, del equipo que dirige Stefano Pioli. Todo sucedió tan rápido, y sobre todo con la sensación de que era el único camino a seguir, que todavía es difícil de procesar.

Antes de esa racha de siete partidos consecutivos, el Milan fluctuaba, aunque crecía: lograr encadenar tantos resultados seguidos parecía haber dado nueva vida y confianza al equipo, que había empezado a jugar de forma aireada y con peligro ofensivo. De nuevo notable. Sin embargo, incluso dentro de esta racha positiva ha habido algunos distorsiones, los habituales que acompañan a este grupo desde hace ya dos años. Allá mala percepción del peligroel facilidad para conceder oportunidades de gol (y goles) a los oponentes, un Forma de presionar que no va de la mano con las características de los jugadores disponibles.: todo se mitigó, pero nunca desapareció por completo.

Después AC Milan-Slavia Praga en la Europa Leaguejuego terminado 4-2 mi Jugada por los checos con un hombre menos durante más de una hora, el escritor había preguntado al señor Pioli si la que acababa de tener lugar en San Siro podría ser la pContinuación de un equipo que aspira, como admiten directivos, entrenador y jugadores, a llegar al final de la competición. El subtexto obvio era: “¿Puede un equipo que aspira a ganar cometer tal negligencia en una competición de eliminación directa?”.. Allá respuesta de Stefano Pioli fue: “Es la actuación de un equipo que tomó una buena ventaja en el partido de ida, pero que tiene que hacer aún más, o mejor… Si ganamos 4-2 significa que habremos avanzado e intentaremos “En nuestra mente queremos avanzar, entonces las actuaciones deben ser de alto nivel porque las dificultades están ahí”.

Avance rápido a Sassuolo-Milán. El partido terminó 3-3 con los rossoneri rematando en los primeros 10 minutos Déficit de 2-0 ante un equipo que actualmente desciende a la Serie B. Al final del partido la pregunta al entrenador era casi obvia, dada la dinámica de los goles marcados: ¿Por qué eligió jugar con tanto espacio detrás de la defensa, especialmente en la primera parte, a pesar de que las características de los dos centrales indicaban lo contrario? La respuesta fue casi lapidaria: “Porque creía que lo mejor que podía hacer en el partido era no dejarle el balón al Sassuolo y dejarnos jugar el partido”. También en este caso decidimos no abordar el problema. Porque dejar que Kjaer y Thiaw defendieran en condiciones físicas nada perfectas con 50 metros de campo a sus espaldas contra un velocista como Lauriente expuso al equipo a situaciones que rayaban en la vergüenza.

En estas dos respuestas, que relatamos porque nos conciernen de cerca, pero no sólo (la lista es larga), es posible encontrar algunas de las causas que llevaron a un patatrack final tan doloroso como histórico. Tras la eliminación ante la Roma en la Europa League, el señor Pioli admitió, confirmando el miedo que le llevó a la primera pregunta mencionada en este artículo: “Quizás cuando llegamos tan convencidos no sabemos cómo reaccionar ante las dificultades. Quizás fue un pecado de presunción pensar que la Roma no podía ponernos en dificultades. Es un error por el que pagamos caro”. Después de estas declaraciones, es verdaderamente real la sensación de que el equipo entró en una especie de “tiempo de basura” tras la primera media hora del Milán-Lecce y nunca salió de él.

Es una pena que lo que vino después equivaliera no sólo al momento más importante y decisivo de la temporada, sino también, y sobre todo, en cuanto al escudo y la historia del club. Todo lo que podía haber salido mal salió mal, pero con lo que vimos en el campo no hay nadie más a quien culpar. Dentro o fuera, este Milán, que nunca ha resuelto distorsiones y defectos, ha salido tomando un camino que realmente corre al lado de la presunción. Quien esta causando su dolor…

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