Milán, Pioli: esto es lo que ya no funciona

El partido contra la Roma dio señales negativas en cuanto al control de los jugadores. El técnico rossoneri parece haber perdido el control del equipo

Hoy en día ya ni siquiera el “pilates” funciona. Las intuiciones salvadoras, esos pequeños golpes a un juego estático e inmóvil, a menudo se rompen gracias a una jugada decisiva. Este no fue el caso contra los romaníes. Pioli optó por convertir a Musah en titular y colocarlo en la derecha en construcción, con Calabria en el medio. Elección fallida. El capitán rossoneri fue sustituido en la reanudación, mientras que el estadounidense duró setenta minutos. Tiempo justo para intentar un par de serpentinas y un derechazo desviado desde fuera del área, antes de hundirse junto a sus compañeros durante la granizada que cayó sobre el Olímpico durante el partido.

defectos

Pioli también perdió las riendas del juego, del aspecto táctico, históricamente uno de sus puntos fuertes. La primera grieta en un mal partido fue ésta, la incapacidad de contener a la Roma y de ir más allá del asedio como un fin en sí mismo: el Milan, entre la ida y la vuelta, remató 45 veces hacia la portería de Svilar (25 en la ida y 20 en el viaje de regreso). ¿El resultado? Sólo un gol de Gabbia y dos disparos al palo, el primero de Giroud y el segundo de Loftus en el Olímpico. Demasiado poco. También en construcción: balón a Leao – o Chukwueze – y algo sucede. Era imposible socavar la retaguardia giallorossi con esta maniobra predecible.

Adiós solidez

Otro punto en contra es la solidez defensiva. El Milán es la novena defensa del campeonato con 37 goles encajados en 32 partidos. Fiorentina, Atalanta, Lazio, Roma, Turín, Bolonia, Juventus e Inter han encajado menos goles. Otros datos entonces. En 16 partidos de liga y copa han encajado dos o más goles. De hecho, cuatro contra Monza en febrero y cinco en el derbi de ida. Por no hablar del hat-trick recibido por el Sassuolo en la última jornada del campeonato y el del PSG en la gran copa. En algunas ocasiones el Milan logró remontar una desventaja (ver Frosinone o Udinese), pero la defensa no aguantó. La única coartada son las lesiones. Hubo un periodo en el que Pioli se vio obligado a convocar a los jugadores de la Primavera para suplir diversas ausencias. Simic, Bartesaghi y Jiménez jugaron varios minutos, al igual que Zeroli en el centro del campo y Camarda en la delantera. Sin embargo, la resistencia defensiva fue decisiva. El Milan absorbió mucho y concedió aún más, sobre todo en el contraataque.

al final de un ciclo

La última nota se refiere al control sobre los jugadores. A lo largo de los años, Pioli siempre ha liderado el grupo con la frente en alto, mejorando a decenas de jugadores: Leao, Calabria, Theo, Bennacer, pero también Messias, Rebic, Krunic y Saelemaekers (por nombrar algunos que se han ido). Pioli parece realmente haberlo dado todo. Tras el partido, en la sala de prensa, pidió a los periodistas que tuvieran paciencia “porque hablaremos de su futuro a principios de temporada”. La impresión es que su ciclo ha terminado.

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