También Giorgio de Chirico a Fortunato Depero en el verano de Cortina d’Ampezzo

También Giorgio de Chirico a Fortunato Depero en el verano de Cortina d’Ampezzo
También Giorgio de Chirico a Fortunato Depero en el verano de Cortina d’Ampezzo

Giorgio de Chirico, Giorgio Morandi, Emilio Vedova, Renato Guttuso, Fortunato Depero y Oskar Kokoschka: estos son sólo algunos de los pintores influyentes del siglo XX cuyas pinturas Mario Rimoldi, durante el siglo pasado, recopiló con incansable dedicación, impecable gusto y sensibilidad. adelantado a su tiempo. Del 25 de junio al 6 de octubre, la exposición El Museo Mario Rimoldi: un cuento de hadas de Ampezzo. 1974-2024 reúne algunos de ellos, rindiendo homenaje a la historia del lugar de exposición –instalado hace cincuenta años en el espléndido marco de los Dolomitas de Cortina d’Ampezzo– y del coleccionista que le da nombre.UNA GRAN COLECCIÓN EN EL CORAZÓN DE LOS DOLOMITAS Nacido en Cortina d’ Ampezzo, Mario Rimoldi falleció en 1972. Dos años más tarde, su esposa Rosa Braun devolvió su legado artístico a la comunidad local, donando la colección y fundando el museo del mismo nombre. el legado original, posteriormente enriquecido con nuevas donaciones: el resultado de toda una vida dedicada a la pasión por el arte queda así para la posteridad, recordando la apasionante historia de un visionario que, gracias a su pasión, supo comprender la importancia de aquellos jóvenes artistas “incomprendidos”, que hoy consideramos exponentes fundamentales de la historia del arte LA COLECCIÓN MARIO RIMOLDI EN UNA EXPOSICIÓN CELEBRATIVA Creada en colaboración con el artista Paolo Barozzi, la archivera Ilaria Lancedelli y el curador de arte Giorgio Chinea Canale, la retrospectiva tiene como objetivo. Para celebrar los cincuenta años de la fundación del museo, “inundando” sus tres plantas con una rica selección de doscientas obras de la colección original de Rimoldi, durante décadas de mecenazgo, el coleccionista ha reunido un gran número de obras, muchas de las cuales. se exponen en la Scuola d’Arte Local de la que fue presidente, permitiendo a los jóvenes estudiantes estudiar rodeados de obras excepcionales y ver a los propios pintores en acción. Se creó así un encuentro de artistas, críticos, escritores, poetas y músicos en torno al coleccionista, lo que representó un interesante y nuevo recurso para Cortina que contribuyó a transformar el pequeño municipio de montaña en el centro neurálgico del deporte y el turismo que es hoy.[Immagine in apertura: Zoran Music, Cavalli che passano, 1951, olio su tela, 81,3×99,5 cm, Museo Mario Rimoldi, Cortina d’Ampezzo]

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