Concurso de Sony, la foto ganadora generada por IA se vendió por 20 mil euros

Concurso de Sony, la foto ganadora generada por IA se vendió por 20 mil euros
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Era la famosa fotografía titulada vendida por 20.000 euros El electricista que saltó a los titulares hace un año tras ganar el concurso Sony World Photography Award. El reconocimiento fue luego rechazado por el propio autor, Boris Elgadsen, quien se denunció revelando cómo había sido realmente la imagen. creado usando inteligencia artificialuna especie de prueba final de cómo la IA ya era capaz de engañar incluso a los profesionales del sector.

Como os hemos contado detalladamente, El electricista es una obra del alemán Boris Eldagsen y pertenece a la serie “Pseudomnesia: Fake Memories” diseñada para reproducir un estilo fotográfico propio de los años 40. La toma se creó utilizando IA generativa y, de hecho, se puede ver en algunos detalles, como los ojos de la mujer en primer plano. Sin embargo, el jurado del Sony World Photography Award lo había seleccionado como el mejor en la categoría Creativa: Eldagsen rechazó personalmente el reconocimiento, afirmando que “Las imágenes y la fotografía de IA no deberían competir entre sí en un premio como este. Son entidades diferentes. La inteligencia artificial no es fotografía. Por eso no aceptaré el premio”. En definitiva, una obra que ha escrito la historia a su manera y que será recordada en los anales por haber relanzado el debate sobre qué es realmente una fotografía y hasta qué punto es aceptado y aceptable traspasar los límites de las herramientas creativas modernas. La suma de 20.000 euros es muy elevada, pero está lejos de los más de 400.000 euros de la subasta de la que se presentó como la primera fotografía creada por un algoritmo.

La IA encargada de generar imágenes hace que el proceso de creación de una fotografía sea accesible y casi gratuito, sustituyendo incluso miles de euros en equipos (cámaras, lentes, filtros, soportes, luces, etc.) y software para su posterior retoque y ajuste de valores. . Todo esto, por supuesto, neto de respeto a la propiedad intelectual en el momento de la formación y la próxima generación. Y declarar que una creación es enteramente digital y no real, quizás con la ayuda de herramientas confiables de certificación y marcas de agua.

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