Rai (de izquierda) y las fake news detrás de la huelga

Rai (de izquierda) y las fake news detrás de la huelga
Rai (de izquierda) y las fake news detrás de la huelga

La dirección de la Rai deja constancia de que sus periodistas, al menos los miembros del sindicato de izquierda Usigrai, dicen y escriben noticias falsas. Nada mal para un “servicio público”, es como si el Ministro del Interior afirmara que los policías roban y el Ministro de Salud que los médicos matan. El problema es que, muy probablemente, esto es exactamente así: los periodistas, y no sólo los de Rai, tienden, si no a mentir, al menos a omitir, a tergiversar la verdad según sus conveniencias, a indignarse cuando se les ordena. . Esta vez la “manda” del sindicato rojo es hacer huelga hoy por la defensa de los lugares de trabajo y contra la supuesta censura que los dirigentes impondrían a los informativos y programas de fondo para no molestar al gobierno. Bueno, ¿desde cuándo los periodistas de la Rai luchan para perturbar al gobierno de turno? Pero, sobre todo, ¿por qué un servicio público debería perturbar al gobierno? Su función no es molestar, sino informar con equilibrio, entretener, y alguna vez fue incluso educar.

La verdad es todo lo contrario de lo que se afirma: si gobierna la derecha, y sólo si gobierna la derecha, periodistas, presentadores e invitados (ver caso Scurati) se toman la inesperada libertad de utilizar Rai con fines políticos de oposición, un escenario público pagado por todos los utilizamos para fines privados.

Habiendo dicho que la oposición política, datos en mano, nunca ha tenido tanto espacio y visibilidad en las redes de la Rai, la huelga de hoy nos hace sonreír más que preocuparnos y no sólo porque es engañosa y política: los periodistas de la Rai se encuentran entre las categorías más protegidas. , privilegiados e intocables en el mundo del trabajo, que debería aconsejarles, aunque sólo sea por modestia, que utilicen formas de protesta diferentes de las que se utilizan entre los trabajadores ferroviarios y metalúrgicos.

Lo bueno es que el daño para todos nosotros es mínimo: si la empresa de transporte local se declara en huelga tendremos que ir a pie, si los trenes paran se produce el caos, pero si los informativos de la Rai se declaran en huelga la solución es Mucho más sencillo: basta con un clic en el mando a distancia y cambias de canal, la oferta es amplia y, en la mayoría de los casos, también de calidad.

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