Trump está dispuesto a hacer del “martirio” el tema central de su campaña Corriere.it

Trump está dispuesto a hacer del “martirio” el tema central de su campaña Corriere.it
Trump está dispuesto a hacer del “martirio” el tema central de su campaña Corriere.it

Elon Musk, que sabe de tecnología, un poco menos de política, dice que si lo acusan, Trump ganará por goleada las elecciones presidenciales de 2024. No es así, de hecho quizás las pierda, pero no hay duda de que un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos como este (un expresidente obligado a rendir cuentas por delitos penales) se convertiría en el elemento central de su campaña electoral. Para ser utilizado, incluso antes contra Biden, contra los demás candidatos del frente conservador que quisieran disputarle la candidatura republicana. Sus propios abogados lo explican claramente: una acusación decidida por el fiscal Alvin Bragg, afroamericano y demócrata, será presentada como un regalo político a Biden.

Presión sobre DeSantis

Ante tal escenario, ¿qué exponente político de la derecha podrá abstenerse de brindar su solidaridad al expresidente sin correr el riesgo de ser asediado por los manifestantes? Ya ahora el gobernador de Florida, Ron DeSantis, el único que, según las encuestas, puede desafiar a Trump por el liderazgo de los republicanos, está bajo una enorme presión: desde los ataques personales del propio expresidente, pasando por las insinuaciones de sus aliados políticos, hasta los intentos de remisión ante el tribunal de ética de Florida y la ofensiva lanzada vía web por decenas, quizás cientos de miles de bots: acusaciones y criticas avalancha contra DeSantis que provienen de cuentas que tienen nombre y rostro, pero que en realidad son fake: generadas por una máquina.

Espera tu turno

El objetivo es claro: convencer a Ron, que solo tiene 44 años, para que espere su turno. Mejor no desafiar la ira de Trump: el que no sabe gobernar, pero sabe muy bien destruir. Con DeSantis, incluso toda el ala histórica del partido republicano que quisiera cerrar la temporada de la soberanía bizarra y aislacionista de Trump corre el riesgo de tener que agachar la cabeza una vez más. Habrá desencuentros: casos aislados, como ha ocurrido en los últimos años, marcados por la progresiva salida de escena de los conservadores más equilibrados, sustituidos muchas veces por trumpianos de mentalidad autoritaria. Difícil una gran revuelta.

Votantes asustados

Este también parece ser el escenario más acogido por los demócratas, convencidos de que un Trump cada vez más radicalizado, si galvaniza al ejército de sus seguidores, asusta a los votantes de derecha moderados para que elijan a Biden (o a quien sea) como el mal menor. Más aún si, respondiendo a los llamados a la revuelta de Trump, volvemos a ver en EE.UU. disturbios y escenarios similares a los del asalto al Congreso hace dos años. Que esto sea la lógica de la izquierda parece también confirmado por el hecho de que en las primarias republicanas que precedieron a la votación de mitad de período en noviembre pasado, los demócratas vitorearon (y en ocasiones votaron) en secreto por los candidatos más extremistas de Trump, considerados más fáciles de vencer, entonces, en la votación por la renovación del Congreso. Como de hecho ha ocurrido, en la mayoría de los casos.

Riesgos para los demócratas

Sin embargo, un escenario muy arriesgado para los demócratas, con Trump denunciando una conspiración político-judicial en su contra presentada como un ataque a las libertades políticas de todos los estadounidenses. Así, podrá encabezar la campaña que prefiera: puro boxeo, cero programas. Escenario peligroso también para todo Estados Unidos (y sus aliados): el país líder que corre el riesgo de aparecer sin timón (o con un timonel débil) en una etapa histórica crucial como la que estamos viviendo.

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