4 de marzo 2023
El siniestro racismo antijudío y el ímpetu civil de quienes se afanan en precisar que no, por favor, la nueva secretaría del Partido Demócrata no es judía en absoluto
A veces el ímpetu civil del periodismo comprometido te juega una mala pasada. Véase, por ejemplo, lo que el otro día engrosó la prosa de una pieza muy vigorosa y muy democrática (no importa firmada por quién y dónde publicada, cuenten los misión), debidamente encaminada a denunciar la regurgitación de insultos antisemitas que la cloaca social ha vertido en dirección a Elly Schlein.
“La ‘culpa’ de Schlein”, como explicaba aquel estremecedor poema, “sería precisamente la de tener un padre judío, a pesar de que ella misma precisó en la campaña electoral que no lo era”. ¡Y por Dios! ¿No quieres levantarte frente a tanta basura? ¿Quieres dejar indefensa a la víctima de esta ignominia? La insultan como judía, estos asquerosos cobardes, “a pesar” de que ella no es judía en absoluto. Ella también lo especificó, carajo, pero igual no se lo dicen. pendejos La madre es en realidad aria, o por decir lo menos etrusca, y este “pese a” este puñado de negadores la tratan como judía. Una vergüenza inconmensurable.
Pones a un sinvergüenza que le dice “sucio neg*o” a un mulato “pese a” este haber especificado que tiene un padre blanco: ¿qué haces, le das la espalda y no condenas debidamente el lamentable hecho? Ves que tenemos que dejar de lado los insultos raciales a pesar de que son inmerecidos. Bueno no. La verdad, señores, la verdad por encima de todo: Elly Schlein no es judía, por lo que gritar que es una pésima judía implica una falsificación de una gravedad inaudita. Basta de estos peligrosos noticias falsas. Y a cualquiera que se atreva a llamarla “lesbicaccia fea” le decimos claramente que primero debe traer las pruebas.