
TRANI – Una denuncia interpuesta ante el Comisionado, un recurso ante el Juzgado Civil y un correo electrónico certificado ante el Ministerio Público: todo ello por un intercomunicador defectuoso. Ocurre en Trani, en la zona sur del término municipal, y la protagonista de esta historia es la señora Vincenza, de 68 años, ex auxiliar de policía penitenciaria, reformada por incapacidad física y ahora discapacitada al 100 por ciento. En su estado actual necesita apoyo debido a numerosas y graves patologías: es una paciente oncológica, obesa, diabética, tiene insuficiencia cardíaca, insuficiencia pulmonar bajo tratamiento con oxígeno, es incontinente, acusa poliartrosis generalizada y hernias discales que le impiden caminar de forma independiente, si no con el uso de un andador o cochecito asignado por la Autoridad Sanitaria Local.
Ante estas penurias, la Sra. Vincenza recibe asistencia de los Servicios Sociales con el instrumento de asistencia domiciliaria integrada, mientras que la ASL le asegura visitas médicas y ciclos de fisioterapia domiciliaria. “Todo esto -le dice al reportero- sucedió regularmente hasta unos días antes de la Navidad de 2022, es decir, cuando se estropeó el intercomunicador”. Así, trabajadores sociales, fisioterapeutas, trabajadores de la salud, personal encargado de la entrega periódica de oxígeno y pañales, mensajeros de la compra diaria y cualquier otra persona que quiera ir a visitar a la señora Vincenza no pueden dejar que le abran la puerta.
Según relata, «desde Navidad se ha averiado el sistema de intercomunicación de todo el edificio y el administrador no lo ha reparado ni sustituido en absoluto ya que lleva años fuera de producción. Le supliqué que al menos deshabilitara la cerradura de la puerta, pero nada. Eso sí, no puedo bajar a abrir la puerta y, aunque pudiera andar con dificultad, en el momento en que saliera del ascensor tendría tres escalones por delante, y luego otro más, ya que no hay barreras arquitectónicas. se han eliminado”.