El verdadero reto de la temporada 2023 es el precio

“El marco económico y político de estos meses es desafiante el sector de los viajes y el turismo se ve gravemente desafiadoen parte revitalizado después de la pandemia, pero aún débil en el lado de la demanda global, condicionada por una serie de factores que, intermitentemente, han influido en los viajes y tráficos a nivel internacional”. Habla Roberto Castriota, especialista en turismo, quien explica la tendencia del mercado influenciada por los precios.

El escenario económico

El aumento de los precios al consumidor de las materias primas, ligado a la inflación en constante crecimiento y las dudas sobre el futuro de la factura del gas, están alimentando un clima de incertidumbre que no permite, en el corto plazo, pensar en los precios de venta de bienes y servicios al por menor. . A estos factores enunciados por la consultora hay que añadir “las repercusiones ligadas a la guerra de Ucrania y los bloqueos de transporte derivados del Covid-19, que en fases alternas han dejado a los mercados sin una oferta y una demanda que a largo plazo han asumido cada vez más consistente”.

La sombra en la facturación

Esto, según Castriota, “parece la sombra que se cierne sobre las previsiones de facturación de todo el sector turísticoun tema que no encuentra una respuesta inmediata y que no ayuda al emprendedor a apostar por la capacidad del mercado para entender ciertas dinámica de precios, que este año, podemos apostar, sufrirá una interrupción para los que el mercado no está preparado”. En épocas más tranquilas, cuando el crecimiento del PIB es constante y no hay repercusiones en el costo de vida, “el precio de los bienes y servicios se calcula en función de la capacidad de absorción de los productos por parte del mercado de referencia -comenta el directivo-. En este período, sin embargo, el precio ya no se puede calcular haciendo referencia únicamente al propio mercado, porque los costes de gestión del último año han obligado al empresario a replantearse cómo absorber las facturas caras y fijar nuevas tarifas capaz de apoyar a la empresa y garantizar una ganancia al empresario. Así las cosas, las previsiones apuntan a un aumento generalizado de los precios repartido a lo largo de la temporada”

El precio desconocido

Tras un 2022 desastroso, en el que se puso a prueba el umbral de costeo, el precio desconocido para la temporada de verano 2023 es el más alarmante, según Castriota. “Y como -añade- muchas estructuras estacionales están decidiendo en estas horas a qué precio vender sus recursos, tanto más cuanto que se avecina en estos días estipulación de contratos de adjudicaciónaquí la dificultad de análisis y posicionamiento en el mercado aumenta al punto que algunos operadores han decidido no dar al mercado estas respuestas y retrasar la publicación de los precios”.

El papel de los datos históricos y la ventana de reserva

Serán los datos históricos, las estadísticas sobre hábitos de consumo y la ventana de reserva los que definirán qué tarifa será la más adecuada para un mercado en contracción y que, además, está evolucionando desde un punto de vista cualitativo. “Gracias a una nueva conciencia y a las nuevas alarmas provenientes de los cambios climáticos en curso – concluye Castriota – la clientela está desarrollando una nueva sensibilidaddictada por nuevas necesidades, nuevas formas de aprovechar las vacaciones y nuevos deseos ligados a una mayor atención a la calidad del servicio y una cierta atención a nuevos conceptos como la inclusividad y la sostenibilidad ambiental y social de las estructuras”.

Las reflexiones sobre los precios son de Roberto Castriota, especialista en turismo.

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