El juicio por la muerte de la artista estadounidense Joann Zinkand, de 74 años, residente en Pistoia durante mucho tiempo y que falleció en San Jacopo el 27 de julio de 2019 tras una agonía de siete horas en urgencias. En la mañana de ayer se escucharon algunos testigos llamados por la defensa: la enfermera de triaje, una enfermera de cargo y el médico a cargo, en ese momento, de urgencias. Explicaron el funcionamiento y procedimientos de la sala de emergencias y en particular de esa noche. “El amigo de la señora Zinkand – como nos explicó después la abogada Cristina Meoni, que defiende a la enfermera Diletta Martini de Prato, acusada de homicidio con el médico Paolo Mazzini, también de Prato y defendida por el abogado Stefano Pinzauti – argumentó que esa había sido una tarde tranquila, pero pudimos documentar que la sala de emergencia estaba sobrecargada y que se había llamado al personal disponible. La señora estaba dolorida, sudada por la taquipirina, pero presente para sí misma”. El juicio se reanuda el 27 de junio con los últimos testigos de la defensa y ya se fijó la audiencia del 14 de julio para la discusión probable. La nieta de Joann Zinkand, Selah Kaiser, es parte civil en este proceso y está representada por el abogado Andrea Gallori del Colegio de Abogados de Florencia. En este proceso tendrán mucho peso los dictámenes periciales, que vieron un desenlace contrastante: para los asesores de la acusación, el paciente sufrió una embolia pulmonar, y la muerte se produjo por deshidratación, que pudo haberse evitado con una rehidratación masiva, mientras que para Según el perito de la defensa, la muerte de Joann se debió a un evento cardíaco agudo e impredecible, en un cuadro clínico ya comprometido.
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