Peticiones para nuestra reflexión a un año del fallecimiento de nuestra querida Laura Salafia el 16 de octubre de 2023, nos preguntamos qué añadir a lo que ya se había escrito en otras ocasiones, especialmente tras su muerte. Meditando y orando al respecto –como solemos hacer cada vez que emprendemos algo– volvimos a darnos cuenta de que nunca dejaríamos de hablar de Laura porque el tiempo transcurrido sigue siendo contemporáneo, tanto por el gran cariño y estima que se siente hacia ella, y por las muchas enseñanzas que nos dejó. E incluso después de la muerte, la vida sigue triunfando. En primer lugar porque somos cristianos y nuestra fe es siempre adhesión a Cristo crucificado y resucitado, también porque Laura vivió así coherentemente hasta el final. Además, una importante coincidencia nos confirmó en este compartir. Pocas horas después de la petición que nos envió el director de Prospettive, recibimos la llamada de un joven, tocado por la gracia, que nos pidió oraciones para salir del desastroso abismo en el que cayó hace unos meses. .
Recibimos muchas llamadas de este tipo, o incluso solicitudes de presencia. Y no sólo por parte de los jóvenes. Hoy más que nunca hay tanta confusión, muchos se sienten desorientados, frágiles, atraídos por vórtices que parecen prometer quién sabe qué pero luego los succionan con una fuerza terrible. Entonces, ¿qué podríamos revelarles de Laura a estos jóvenes, qué les seguiría contando la propia Laura? Ella que, durante los años de su terrible sufrimiento, supo escuchar, aconsejar y animar a muchos jóvenes y a cuantos tuvieron el don de encontrarla en sus agotadores y alegres paseos en silla de ruedas hacia las escuelas, las facultades universitarias, los hospitales y también hacia otros lugares.
Laura quedó tetrapléjica pero no paralizada Irradiaba libertad y fuerza para vivir.
Laura estaba inmóvil pero no inmovilizada, tetrapléjica pero no paralizada. Dependía completamente de todos, pero irradiaba libertad y fuerza para vivir. También utilizó la escritura para expresar sus ideas, para contar su trágica historia que fue aceptada y no sufrida. No rehuyó entrevistas y testimonios, consciente de que sus palabras, dichas como protagonista y no como víctima, podrían ayudar a muchos a redescubrir el sentido de su propio camino, a no perderse detrás de falsas luces que deslumbran y no iluminan. , detrás de las apariencias. lo que deja tras de sí sólo una frustrante sensación de vacío.
Laura fue una mujer de gran apertura y cultura, junto con la fe, la ayudaron a darle profundidad y sentido a su existencia, a ese doloroso epílogo que nunca hubiera imaginado para ella y sus seres queridos. Nunca se rindió, no se soltó: luchó con una fuerza insospechada en ese físico esbelto e inerte pero capaz de liberar una vitalidad enteramente concentrada en su mirada, en su sonrisa y en su tono de voz. La suya no fue una aceptación pasiva, ni una resignación, sino más bien una acogida de un nuevo estado de vida, si se quiere absurdo, al que supo orientar, ponerle un propósito, hasta abrazarlo como una misión. . Era consciente de que había sido llamada a dar testimonio, a ser signo; no porque se considerara una gran personalidad -nunca asumió ninguna pose de superioridad, menos aún de arrogancia o incluso pretensión-, sino simplemente porque sentía que debía aprovechar lo que le había sucedido y, sobre todo, transformarlo en una recurso para otros.
Queridos jóvenes, la vida es un don precioso que Dios nos ha dado: no lo desperdiciemos
Aquí, querido hermano que nos llamó por teléfono, te diría Laura: Ten fe en ti mismo, no te desanimes si te has caído, levántate, comienza de nuevo y siéntete orgulloso porque te has dado cuenta de que la vida es un regalo muy precioso que Dios te ha dado, que no debes desperdiciar en salidas nocturnas o en la búsqueda frenética de una imagen diferente de ti mismo en sintonía con los modelos ficticios que ofrecen las redes sociales. Sé tú mismo, cuídate, de tu alma, y deja que la belleza que te llega al amanecer cada día te acompañe durante todo el día, hasta el final de tu vida. ¡Porque la Vida siempre triunfa!
Foto Nuccio Condorelli