“Ese 1 de octubre de 2009 es un día que ninguno de nosotros podrá olvidar. Una tormenta devastadora azotó el este de Sicilia, provocando deslizamientos de tierra, inundaciones e inundaciones que cambiaron para siempre la vida de los habitantes de Giampilieri, Molino, Altolia, Briga, Pezzolo, Santa Marina, Scaletta Zanclea e Itala. Aquella tragedia costó la vida a 37 personas, un dolor aún vivo, una herida que nunca se ha cerrado.
Hoy, en la sala del Parlamento siciliano, quería pedir un minuto de silencio y reflexión para honrar la memoria de las víctimas. Un gesto sencillo pero necesario para recordar a quienes perdieron la vida y mantener viva su memoria. No podemos ni debemos olvidar.
Sin embargo, la política debe desempeñar su papel cuando se trata de proteger y asegurar el territorio. Hace sólo unas semanas, el ministro de Protección Civil, Nello Musumeci, tras las inundaciones en Emilia Romagna, declaró: «Se acabó la época en la que el Estado daba recursos a todos para todo. Contrata un seguro.”
Sin embargo, los ciudadanos esperan mucho más de la política: respuestas concretas y protecciones reales. El territorio, especialmente el de Messina, ya ha puesto de relieve demasiadas veces sus fragilidades. Por eso, para evitar que tragedias como la de 2009 vuelvan a ocurrir, se necesita un compromiso serio y concreto por parte de los políticos, que deben asignar recursos adecuados. Es demasiado fácil decirle a los ciudadanos que contraten un seguro: necesitamos prevención, no abandono.” El líder del Sur llama al Norte, lo declara, El gato de Lucas.