CASTELFRANCO – «En Castelfranco, la máxima prioridad que debe abordar ahora la administración es contrarrestar el miedo de los ciudadanos». hablar es Mirco Castellerpsicólogo y psicoterapeuta, además de presidente de la Fundación Morello, con sede en Castelfranco. Su intervención nació a partir del evento meteorológico extremo que provocó por tercera vez la inundación del arroyo Avenale, cuyas aguas invadieron las calles de Bella Venezia y el centro histórico.
Fobia al clima
«Gran parte de la población castellana vive hoy con fobia a la meteorología, a la que muchas veces se suma el resentimiento y la agresividad al no ver algún tipo de protección para sí mismos. En cuanto llueve con más intensidad, hay personas que se quedan despiertas por la noche porque temen que el Avenale o el Muson se desborden. Hay algunas personas mayores que tienen ataques de pánicodictado por el miedo a quedarse en la planta baja o simplemente a correr el riesgo de resbalar con el barro que queda en el suelo”.
Casteller subraya cómo, tras tres acontecimientos en pocos meses, la tensión en la población es constante, alimentada también por la visión diaria de sacos de arena o mamparas, que caracterizan el horizonte de la ciudad desde mayo. Casteller concluye: «Es necesario actuar en la ciudad, para resolver el problema problema del miedo a las inundaciones de sótanos y viviendas. No se le puede decir a un individuo que se proteja a sí mismo, debe ser un valor comunitario”. Un tema sobre el que se expresó recientemente el alcalde Stefano Marcon, cuando ilustró el camino para identificar las zonas inundables al norte de Castelfranco, con el fin de combatir lo que el propio alcalde llama “ansiedad por las precipitaciones”.
El vestido volvió de las aguas.
Y mientras se habla de seguridad hidráulica, los ciudadanos limpian los legados de la última inundación. Si hay quienes anuncian -a través de Facebook- que quieren limpiar de forma independiente las alcantarillas situadas frente a su casa de los escombros y la maleza que trae el agua, Roberta, de Bella Venezia, encontró en su jardín, enredada alrededor de un tronco, un vestido de niñacompleto con una percha, publica la noticia en las redes sociales, con la esperanza de encontrar al legítimo propietario: «El sábado, mientras limpiaba el jardín, noté una punta blanca, que luego, liberada del barro, descubrí que era un Vestido pequeño, creo que para una ceremonia. Creo que viene de Riese o Godego, porque no es de ninguno de los vecinos.” Además del descubrimiento, Roberta habla del estado de tensión en el que ella y su familia viven desde hace meses: “Ahora consultamos cada día la previsión meteorológica: con cada inundación, nuestra casa queda aislada del agua”.