Anelli (Fnomceo): “Después del Pnrr, urge invertir en médicos y profesionales” | Atención sanitaria24

Anelli (Fnomceo): “Después del Pnrr, urge invertir en médicos y profesionales” | Atención sanitaria24
Anelli (Fnomceo): “Después del Pnrr, urge invertir en médicos y profesionales” | Atención sanitaria24

Pedimos al Gobierno y al Parlamento que presten extraordinaria atención a la necesidad de volver a colocar el Servicio Nacional de Salud en el centro de la agenda política: garantizando una fuerte inversión; incrementar la financiación del Fondo Nacional de Salud, tanto en términos absolutos como en relación al PIB de forma consistente y estable, con el fin de alinearlo con la media de los países europeos; fortalecer el papel y la función de las figuras profesionales en el sector sanitario, empezando por el médico”
Así lo afirmó el presidente de Fnomceo, la Federación Nacional de Colegios de Cirujanos y Dentistas, Filippo Anelli, al final de la audiencia de hoy en la Cámara, en la Comisión de Asuntos Sociales, sobre las propuestas legislativas que contienen “Disposiciones para el apoyo financiero del Servicio de Salud nacional”.
“Necesitamos hacer más atractivo el trabajo de los médicos en el SNS – especificó Anelli – cambiando el modelo de trabajo y fortaleciendo la medicina local, apoyando a los médicos generales con equipos multiprofesionales y herramientas para el diagnóstico de primer nivel”.
“Por último, pedimos – resumió – una fuerte valorización de los profesionales sanitarios, la superación de los límites de gasto en personal y de salarios adicionales, el relanzamiento y el desarrollo de la asistencia local y de la red hospitalaria. Los nuevos recursos deben destinarse al personal médico y sanitario. Los profesionales que mantienen viva la salud pública deben estar en lo más alto de la agenda de todas las fuerzas políticas. Debemos trabajar para preservar y sostener nuestro Servicio Nacional de Salud, empezando por el capital humano, los profesionales, las mujeres y hombres que constituyen su tejido conectivo. Hay que encontrar recursos que hagan más atractivo el Servicio Nacional de Salud para los profesionales y que, en el área, fortalezcan la atención primaria con todas aquellas figuras y competencias profesionales que ahora están casi ausentes”.
“El desafío para el sistema sanitario – concluyó – es la valorización de las profesiones. Sin la profesión médica y otras profesiones sanitarias no puede haber salud para los ciudadanos. Las profesiones sanitarias en este país merecen respeto. Un PNRR no basta para relanzar la asistencia sanitaria: servirá para mejorar las infraestructuras, pero es necesaria una intervención extraordinaria en favor de todas las profesiones sanitarias. El otro desafío para el futuro de la asistencia sanitaria es la capilaridad del sistema sanitario para acercar la asistencia sanitaria a los ciudadanos, incluidos los 4,5 millones que hoy abandonan el tratamiento”.
Y Anelli había puesto de relieve durante la audiencia la pobreza en materia de asistencia sanitaria y la crisis del Servicio Nacional de Salud, que ya no puede garantizar la asistencia sanitaria a todos los que la necesitan. Con el resultado cada vez mayor de personas que abandonan el tratamiento, por motivos económicos pero también por listas de espera excesivamente largas. Tanto es así que el 51,6% de los ciudadanos, según datos del último informe Censis-Aiop, eligen directamente la asistencia sanitaria remunerada, sin siquiera intentar hacer una reserva pública. Alto porcentaje, superior al 40%, incluso entre los grupos de bajos ingresos.
“Es esta falta de confianza en el Servicio Nacional de Salud la que crea pobreza”, reflexionó Anelli, instando a devolver la credibilidad al sistema público, a recuperar la confianza en el Servicio Nacional de Salud, apoyando a sus profesionales. Y reduciendo así las listas de espera.
Las listas de espera que, explicó, “son la expresión de un aumento de las necesidades de salud de las personas y, al mismo tiempo, la consecuencia de la escasez de personal médico, la desfinanciación de veinte años, el recorte de las carreras y de los puestos de trabajo, y la falta de valorización de la medicina local. Sin embargo, se necesita un verdadero seguimiento, que evalúe lo que se prescribe, es decir, lo que piden los médicos, y lo que se entrega, lo que realmente entrega hoy el sistema público acreditado. Saber esto conducirá a tener el conocimiento de cuál es la realidad de la espera. La idoneidad debe ser una forma de fomentar la búsqueda de la calidad de los servicios, pero no debe transformarse en un mecanismo para contener el gasto y sancionar a los propios profesionales, según criterios impuestos por la política. Debemos eliminar los límites de contratación y hacer más atractivo el Servicio Nacional de Salud para garantizar su sostenibilidad y eficacia a la hora de satisfacer las necesidades de salud de los ciudadanos”.
“Es necesario reducir las cargas de trabajo – añadió – ​​que actualmente son anormales tanto por la escasez de especialistas y médicos generales debido a una planificación incorrecta en el pasado, como por el límite impuesto a la contratación. La salud es una prioridad estratégica para el Estado. La salud es estratégica para nuestra República y se defiende con la capacidad de profesionales y médicos, pero hoy, después de 45 años de Servicio de Salud, todavía nos encontramos con desigualdades que deben ser colmadas de Norte a Sur, pero también de centro y periferia, y La esperanza es que se pueda garantizar la igualdad de acceso para todos y en todas las instalaciones. Garantizar la equidad representa uno de los principios esenciales de nuestro sistema nacional de salud, así como la universalidad”.
“El gasto público en salud es una inversión económica cuyos efectos se extienden a todos los territorios de nuestro país – subrayó – y por tanto sus recursos pueden considerarse de alto impacto económico y laboral, con la ventaja añadida de distribuir los beneficios de forma generalizada en el territorios. El valor social del Servicio de Salud recuerda otras contribuciones significativas, como la de la cohesión social en los territorios. Esto se debe ciertamente a la prestación de servicios sanitarios que son fundamentales para el bienestar de las personas y la calidad de vida en el territorio, pero también porque es una plataforma decisiva para el empleo local, del que representa un componente importante, que Evidentemente es apropiado y útil ampliarlo. Por último, el Servicio de Salud contribuye a mantener unida a la sociedad también porque ejerce la función de tranquilizar a las personas de todos los ámbitos, haciéndoles sentir que tienen las espaldas cubiertas en caso de aparición de patologías”.
Esta es una visión corroborada por el último informe de Fnomceo-Censis “El valor económico y social del Servicio Nacional de Salud – Una plataforma fundamental para el país”, que estudió los impactos económicos y laborales -directos, indirectos e inducidos- del gasto en salud pública. y que Anelli quiso adjuntar al texto de la audiencia.
“El Servicio Nacional de Salud – destacó Anelli, datos en mano – es un impulso para la economía. Partiendo de un valor del gasto público en salud igual a 131,3 mil millones de euros (dado el gasto público en salud de 2022, 131,1 mil millones de euros – equivalente al 6,7% del PIB – más una parte adicional que incluye investigación y desarrollo), el valor de los gastos directos e indirectos La producción interna y actividades relacionadas se estima en 242 mil millones de euros. El multiplicador del paso del gasto al valor de la producción es igual a 1,84: por cada euro de gasto sanitario público invertido en el Servicio de Salud, se genera un valor de producción que no dista mucho del doble”.
“La demanda de bienes y servicios – prosiguió – activada por el gasto público en salud se irradia al resto de la economía, ampliando el valor de la producción de las empresas, con importantes beneficios para el empleo, el valor añadido y el PIB nacional. El valor añadido global creado equivale a 127 mil millones de euros: el 7,3% del valor añadido total y el 6,5% del PIB. La generatividad del gasto público en salud se completa considerando que el total de impuestos directos e indirectos y cotizaciones sociales atribuibles al circuito activado por el citado gasto público en salud asciende a más de 50 mil millones de euros. Esto equivale a más de 28 mil millones en impuestos directos e indirectos y casi 22 mil millones en contribuciones sociales relativas a los empleados afectados”.
“Aumentar el gasto en salud pública – añadió – ​​significa también aumentar el empleo: de hecho, si el gasto en salud pública italiano per cápita, equivalente a 2.226 euros, aumentara al valor del francés de 3.739 euros (gasto global equivalente al 10,1% del PIB francés), en paridad de poder adquisitivo, el gasto total en salud pública italiana crecería en 89 mil millones de euros, equivalente al 10,9% del PIB italiano, con un aumento del empleo total directo, indirecto e inducido de 1,5 millones unidades. En la hipótesis de un ajuste del gasto sanitario público italiano per cápita al valor del gasto alemán, que equivale a 4.702 euros en paridad de poder adquisitivo (el total afecta al PIB alemán en un 10,9%), el gasto sanitario total de nuestro país El sector público sería 146 mil millones superior e igual al 13,3% del PIB, mientras que el empleo total directo, indirecto e inducido sería de 4,7 millones, es decir, 2,5 millones de ocupados más respecto a los 2,2 actuales. Desde 1,5 millones hasta incluso 2,5 millones de empleados más, en los sectores más vinculados a la asistencia sanitaria, hasta aquellos que se beneficiarían de los efectos indirectos e incluso inducidos. Aquí están los beneficios estimados, pero muy realistas, para el empleo que se asociarían con una mayor inversión pública en la sanidad italiana”.
“En conclusión – resumió Anelli – vale la pena centrarse en el Servicio Nacional de Salud. Y no sólo en el sentido de que es bueno para la salud de las personas: es una inversión rentable para la empresa italiana. Cuando se invierte en gasto en salud pública, se da un impulso a toda la economía del país. La visión debe ser la de un NHS como un potente motor para la economía”.
Por eso, según Fnomceo, es importante invertir en el Servicio Nacional de Salud y hacerlo atractivo para sus profesionales. El Servicio Nacional de Salud es mucho más que un proveedor de servicios: es un actor principal en el desarrollo italiano. Los recursos públicos destinados a la sanidad deben considerarse una inversión y no un gasto, precisamente porque tienen un impacto muy positivo en la economía, el empleo, la innovación y la investigación y en la cohesión social.
“Reiteramos la necesidad – afirmó Anelli – de invertir en el Servicio Nacional de Salud para seguir garantizando la universalidad, la igualdad y la equidad también en la atención. Necesitamos abordar el problema de las desigualdades en salud y para ello necesitamos una reflexión común para comprender las causas y encontrar soluciones. El objetivo principal del sistema público de salud debe ser garantizar servicios vinculados a un bien de primordial importancia en el ordenamiento jurídico -la protección de la salud- que no puede limitarse por razones económicas. Y, para consolidar nuestro servicio sanitario después de veinte años de recortes, debemos centrarnos en los profesionales”.
Una necesidad, la de invertir en el sistema sanitario nacional y en sus profesionales, recientemente respaldada en varias ocasiones también por el Tribunal de Cuentas, que subrayó el pasado mes de febrero la importancia de “devolver el prestigio a una profesión que, junto con la de docentes, mide el sentido cívico de un país”.
Y lo comparten los ciudadanos: según la encuesta Fnomceo-Piepoli presentada el pasado mes de octubre, para el 90% de los italianos, la asistencia sanitaria debería ser una de las prioridades del gobierno. Para el 37% merece el primer lugar.

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