Un desastroso desplome de la cresta rocosa se produjo ayer por la tarde en Ponza, en la zona de Calafonte, en la pedanía de Le Forna, en el norte de la isla. La sugerente cala, que mira hacia Palmarola, fue golpeada, sobre las 18.00 horas, por cantos rodados que se desprendieron de la cresta que la dominaba y que, afortunadamente, no causaron daños a las personas. El material precipitado alcanzó sólo tres embarcaciones varadas en tierra, dado que no había nadie en la zona, muy concurrida durante el verano.
Ese tramo de costa, previamente cerrado durante cuatro años, había sido objeto de obras de seguridad que llevaron a que la cresta que presentaba algunas grietas fuera enjaulada con redes y pernos, como es natural en el tipo de costa que caracteriza al archipiélago pontino. Recientemente se ha licitado la cesión de la gestión del servicio de baño para la temporada de verano que está a punto de comenzar. Los motivos del derrumbe son por ahora inciertos, aunque algunos rumores, no confirmados oficialmente, vinculan el suceso con el fenómeno sísmico que afectó ayer a Nápoles y la zona de Pozzuoli.
El alcalde Francesco Ambrosino acudió puntualmente al lugar acompañado de agentes de la Policía Local para comprender la situación de la que habló hasta altas horas de la noche tanto con la Prefectura como con las oficinas de la Región, en sinergia con la que, hoy, se ha emitido una orden. Se emitirá una orden de cierre de la zona, cuyo acceso ya ha sido bloqueado por el Ayuntamiento desde ayer. En los contactos que mantendrá el alcalde Ambrosino con las oficinas centrales competentes, también se estudiará la posibilidad de encontrar una solución para hacer operativo el acceso al ‘peñón’ frente a Calafonte, donde efectivamente se desarrolla la actividad de baño.
