Comentario sobre el evangelio del día 21 de mayo de 2024 –

Caminar juntos días, meses, años y, sin embargo, a veces, no entender a quienes caminan a mi lado. No entenderse: la más habitual y humana de las experiencias relacionales. La señal de que estamos aprendiendo a comunicarnos.

Y aquí está la prueba de fuego de nuestra humanidad. Si no entendemos tendemos a cerrarnos, porque pedir explicaciones requiere cierto trabajo. Preguntar es un arte que requiere libertad. Quizás porque cuestionar a quienes no he comprendido significa desnudarme, reconocer un límite que también es el mío: proclamarme pequeño.

Pero el camino aún es largo y seguimos caminando. Incluso en los malentendidos es posible caminar juntos. Y mientras tanto discutamos quién, entre nosotros, todos pequeños en nuestra falibilidad creatural, es el más grande. Los más fuertes, los menos frágiles, avanzan: aquí está quién gana, aquí está la prioridad.

El caso es que quienes caminan a mi lado no sólo saben todo de mí, sino que me escuchan. Su prioridad es tomarme en serio, siente mi vida y mis inquietudes. Y él me enseña a partir de esto. Desde mi realidad, no desde teorías elevadas e inaccesibles.

Al final detenernos, sentarnos y descubrir, con cara de niño, que basta con ser así: nosotros mismos. Chiquitos. Decidirnos a acogernos de este modo y, en consecuencia, descubrir que ser los más grandes consiste precisamente en querer acoger, como nosotros, a los demás pequeños: esto es amar a Dios. Esto nos hace grandes: hijos, libres, por tanto, del miedo al error. liberado de la tentación de la manía de grandeza. Libres, por tanto hermanos.

Melania Condó

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Fuente: Levántate y camina – el evangelio diario con comentario

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