Aún no hay culpable de la tragedia de 2022.

Accidente de Argentario: aún sin culpables de la tragedia de 2022

El periódico romano Il Messaggero informa que la investigación preliminar de la fiscalía de Grosseto sobre el accidente del 23 de julio de 2022 en aguas del Argentario, que provocó la muerte de la entrenadora federal de gimnasia artística Anna Claudia Cartoni y Andrea Coen, está en curso en marcha hacia la conclusión sin que aún se haya sabido si habrá acusación y a quién afectará (La dinámica del trágico accidente en este artículo: Trágico accidente frente a la costa de Porto Ercole un muerto, un desaparecido y varios heridos ).

En el accidente participaron el First 45f5 Vahinè, un velero propiedad del marido de Anna Claudia Cartoni, Fernando Manzo, que estaba al timón en el momento del accidente, y una lancha a motor operada por un turista danés, Petr Horup, que estaba de vacaciones en Italia con la familia.

Actualmente, los sospechosos son Peter Horup, el turista danés al mando de la motora, y Fernando Manzo, propietario del First 45f5. La fiscalía precisó que la inscripción de estos en el registro de sospechosos es un acto necesario para permitir el desarrollo de las investigaciones.

La investigación incluyó una audiencia de prueba en presencia de los peritos del partido, la fiscalía y las compañías de seguros. Los informes establecieron que el barco de Horup chocó contra el Vahinè a una velocidad de 23 nudos por el lado de estribor con un rumbo de alcance, lo que implica que debería haber dado prioridad al velero.

Lo que suscita dudas sobre el grado de culpabilidad de Peter Horup o sobre la posible culpabilidad contributiva de Fernando Manzo es el hecho de que, al parecer, el patrón del First 45f5, consciente del peligro, intentó evitar la colisión virando primero a babor y luego virando. de nuevo a estribor, confundiendo al piloto de la lancha, que mientras tanto había advertido el peligro e intentó virar.

El periódico Il Messaggero señala que la fiscalía ha establecido que Manzo, al darse cuenta del peligro, no tocó la “campana” para señalar su presencia (probablemente el periodista del mensajero con el término “campana” se refería a la sirena de niebla, obligatoria a bordo).

Quien navega puede comprender fácilmente que, en el momento en que se da cuenta de que una lancha a motor de diez metros y varias toneladas de peso se acerca a gran velocidad, el instinto le lleva a intentar evitar el rumbo de colisión en lugar de bajar a cubierta en busca de la sirena de niebla. Asimismo, es difícil imaginar que el piloto de un barco a motor botado a 23 nudos no notara un velero de 15 metros delante de él.

Además, los informes encontraron que no hubo ningún intento de reducir la velocidad de la lancha.

Después de dos años finaliza la investigación preliminar, ahora sólo queda ver quién será enviado a juicio y bajo qué cargo.

SVN solovelanet seguirá el caso.

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