Frutas y hortalizas, precios disparatados: alarma de los agricultores

los precios de fruta Y verduras el comercio minorista continúa poniendo el consumidor. Las temperaturas cada vez más fluctuantes están haciendo que la producción caiga en picada, el impacto del cambio climático en los cultivos y los árboles empeora año tras año, lo que obliga a los agricultores a intervenir y los costos de producción ahora se disparan. Quienes pagan el precio son, pues, los compradores finales, que se enfrentan cada vez más a listas de precios pesadas, en parte debido a la inevitable especulación a lo largo de toda la cadena de suministro -desde el campo hasta los lineales del comercio minorista a gran escala- y en parte debido al efecto del calentamiento global que obliga a las mismas empresas agrícolas a gastar más del doble en electricidad para asegurar el riego, por ejemplo, o para recuperar los daños causados ​​por granizadas repentinas y aguaceros fuera de temporada. Suponiendo que todavía existan.

El coste de los productos agrícolas ya se hace evidente en el mercado mayorista, donde los precios se sitúan en las últimas semanas en valores medio-altos, como pone de relieve la lista de precios de frutas y hortalizas que elabora semanalmente la Cámara de Comercio de Bari. El caso, si se analizan los precios del pasado 30 de abril, es sin duda el de las cerezas: la producción para 2024 promete ser de buen nivel de calidad, pero según los últimos datos, el kilo cuesta entre siete y diez euros. El coste de una caja de escarola de cinco kilogramos oscila entre tres y cinco euros. Y por un kilo de guisantes frescos se pueden pagar hasta tres euros, mientras que el valor de las habas por kilo oscila entre 80 céntimos y un euro. Panorama aún incierto para el verano.

«Estamos al comienzo de la temporada hortofrutícola – subraya Alfonso Cavallo, presidente regional de Coldiretti – y la situación climática seguramente afectará. Estamos en una fase bastante seca, las lluvias del otoño y del invierno pasados ​​no fueron suficientes para garantizar un suministro importante y por tanto las empresas agrícolas tendrán que intervenir – afirma – con actividades periódicas de riego. Y esto sólo aumentará los costes de producción”. Además, 2023 será clasificado como el año más cálido jamás registrado después de que la temperatura en la superficie de la tierra y los océanos fuera incluso 1,15 grados superior a la media del siglo XX. Precisamente las nuevas condiciones climáticas, más extremas, han favorecido la llegada a Puglia de especies de fauna exóticas, empezando por los loros verdes, ávidos de verduras y frutas. El riesgo evidente es que, entre los eventos climáticos extremos y las situaciones que generan, el producto disponible sea cada vez menor y por tanto sujeto a costos crecientes. El presidente Cavallo no rehuye el debate sobre el coste de las frutas y hortalizas de Apulia. «El consumidor hace cuentas cuando se enfrenta al precio en el supermercado o en la tienda, pero a menudo no es consciente de que por cada euro de coste minorista, sólo 17 céntimos van a los bolsillos del productor agrícola. Los precios son cada vez más elevados por la especulación que multiplica el valor inicial reconocido a la explotación. Los gastos cada vez mayores que deben afrontar los agricultores – comenta el número uno de Coldiretti Puglia – hacen que varios cultivos se vuelvan antieconómicos y el producto se pudra en los árboles o en los campos”.

Luca Lazzaro, presidente de Confagricoltura Puglia, está en la misma onda que su colega Cavallo. «El sector hortofrutícola de Apulia, que mantiene su vitalidad, se enfrenta a diversos problemas relacionados con la solución climática cada vez más crítica y todas las cuestiones que de ella se derivan. Por tanto, sucede que algunas de nuestras culturas de referencia se caracterizan ahora por una baja producción. Un caso es el de las uvas de mesa, que sufren un clima seco y demasiado cálido, explica Lazzaro, debido al mildiu que el año pasado afectó gravemente a las viñas de Apulia. Pero la misma situación ocurre también con las hortalizas y frutas del campo. Un producto deficiente y un aumento de los costes de producción tienen un impacto claro, pero menor de lo que se podría pensar – precisa Lazzaro – en el precio final”. El producto hortofrutícola de Apulia es muy codiciado y buscado en el mercado exterior, si bien es cierto que las exportaciones están aumentando en comparación con los últimos años. «Como contrapeso está la contracción del consumo interno, hecho que demuestra – reflexión del presidente regional de Confagricoltura – cómo el consumidor ha cambiado su estilo de vida. El empobrecimiento del poder adquisitivo tiene ciertamente un impacto importante y muchas veces la única referencia que se tiene en cuenta es el precio de las verduras y las frutas”. Sin embargo, Luca Lazzaro destaca que el coste de la compra es sin duda sinónimo de calidad. «Por tanto, es necesario – concluye el número uno de Confagricoltura Puglia – que el consumidor sea educado para realizar una compra informada. El producto hortofrutícola italiano, y por tanto el de nuestra región, es el más controlado del mundo, sujeto a normas estrictas que no están en vigor en ningún otro país. Comprar bien, quizás directamente a los productores, es un resultado al que debemos aspirar”.

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