Se han completado las autopsias practicadas a tres de los cinco trabajadores que murieron el lunes 6 de mayo en Casteldaccia, en el barrio de Palermo, mientras trabajaban en el sistema de alcantarillado (hablamos de ello aquí).
Los análisis confirmaron que la causa de la muerte se debió al sulfuro de hidrógeno liberado por la fermentación de las aguas residuales. Las víctimas tenían los pulmones completamente bloqueados. Mañana se realizarán autopsias a los cuerpos de los otros dos trabajadores fallecidos.
Sin embargo, el pronóstico para la vida del trabajador implicado en el accidente laboral en el que perdieron la vida sus cinco compañeros que trabajaban en el mantenimiento de alcantarillado sigue siendo reservado. El hombre se encuentra internado en la unidad de cuidados intensivos del Servicio de Emergencias del Policlínico. Durante las últimas 24 horas, el equipo dirigido por el profesor Antonino Giarratano realizó dos “ventanas” de sedación, manteniendo bajo control la función respiratoria, todavía apoyada mecánicamente, y se registraron algunas respuestas.
El Hospital Universitario desmiente la noticia aparecida en algunos periódicos sobre “el despertar de un paciente del coma” e invita a utilizar fuentes oficiales para verificar la información.
