“El oftalmólogo mató a su esposa y a su suegra”. “Entonces dinos cómo”

“El oftalmólogo mató a su esposa y a su suegra”. “Entonces dinos cómo”
“El oftalmólogo mató a su esposa y a su suegra”. “Entonces dinos cómo”

Bolonia, 9 de mayo de 2024 – Hay un “agujero” en el reconstrucción de las muertes de Isabella Lsala y Giulia Tateosegún la Fiscalía, asesinado por el marido de la primera y yerno de la segunda, el oftalmólogo Giampaolo Amato. “Suponiendo que el acusado hubiera robado los medicamentos del hospital donde trabajaba, ¿cómo se los habría administrado a su esposa, también médica, en rápida sucesión, sin que ella se diera cuenta?”

entonces truena la médico forense Donatella Fedeli, asesor de la defensa, según el cual la mujer tomaba sola los medicamentos, de los que abusaba en un contexto de “dependencia moderada”. Pero el abogado civil de la hermana del hombre de 62 años, Mauricio Merlini, no se echa atrás: “Estáis dando una información que perjudica gravemente a Isabella y, además, no está respaldada por ningún elemento real”.

En breve, No hay paz entre los frentes de defensa y acusación hacia juicio por doble asesinato y malversación de fondos hacia Giampaolo Amato. Puede suceder: es la dinámica natural del proceso. Pero en este caso falta incluso el más mínimo punto de contacto entre las tesis de los médicos consultores de la Fiscalía (la fiscal Morena Plazzi) y las partes civiles (además de la hermana de Lsala está el hermano de Tateo, con la abogada Francesca Stortoni), y los de la defensa (abogados Gianluigi Lebro y Cesarina Mitaritonna).

De hecho, los técnicos, cuando se les plantea la pregunta fundamental de cómo murieron Isabella y su madre, encontradas sin vida en sus camas los días 31 y 9 de octubre de 2021, dan respuestas casi opuestas. No hay restricciones.

Isabella, el contrainterrogatorio

El Tribunal de lo Penal abrió ayer interrogatorio de los distintos consultores sobre la muerte de Lsala, discutida hace tres audiencias. En el que, recordemos, la Fiscalía -con yo doctores Guido Pelletti, Luca Morini, Enrico Polati y Matteo Brunelli – y las partes civiles – consultores Sindi Visentin y Luca Pieraccini – había apoyado la teoría de la muerte debido a un cóctel letal de midazolam, una benzodiazepina, y sevoflurano, un anestésico hospitalario, administrado en rápida sucesión a la mujer y provocando una muerte casi inmediata, mientras que la defensa –los médicos Donatella Fedeli, Roberto Agosti, Donata Favretto y Stefania Taddei – había lanzado la hipótesis de una muerte accidental por abuso de drogas, que el médico habría tomado “por placer”. “La heteroadministración es la única opción válida – reitera la acusación –: en el caso de la autoadministración, la muerte es tan rápida que no se tiene tiempo de guardar los envases de la droga, que no se encontraron aquí”. Entonces sería “clínicamente imaginativo”, según el consultor del partido civil Gaetano Thiène“el diagnóstico de un ‘síndrome del corazón roto'”, planteado como hipótesis por el cardiólogo Agosti.

La muerte de la suegra.

las causas de la muerte de tateo son necesariamente cosas más oscuras para investigar: al menos en esto hay acuerdo entre los médicos. Esto se debe a que el examen de la autopsia se realizó en los pobres. Restos de la anciana exhumados 15 meses después de su muerte. Quien además de tener casi noventa años, también padecía patologías, por lo que tomaba diversos medicamentos por prescripción médica. Así, el frente de la fiscalía también se resquebrajó por un momento: si por un lado los asesores del fiscal admiten la existencia de dudas, ya que “la mujer tenía el corazón sufriendo y tenía placas coronarias”, como explicó el patólogo brunelliEsta hipótesis es completamente rechazada por el cardiólogo Thiene, para quien “no había evidencia de riesgo de muerte súbita, según el análisis del corazón”.

Lo cierto es que “la presencia de sevoflurano y midazolam aparece en todas las muestras biológicas analizadas, junto con otras sustancias que la anciana tomó por prescripción médica”, pero la acusación ataca: “¿Por qué nos centramos sólo en éstas, como probables causa de la muerte? Porque no deberían haber estado allí. Había sido sometida a una operación en la que se las administraron, es cierto, pero hace unos buenos ocho meses y estas sustancias desaparecen en unos pocos días como máximo. Así, aunque no hay certeza, la “probabilidad de intoxicación aguda debido a la exposición a ellos poco antes de morir” prevalece entre los consultores. Y luego “muy sospechoso” que son precisamente los mismos que 22 días después habrían provocado la muerte de su hija.

La defensa

Aquí también, allí la defensa está barricada: “La señora tenía más de una razón para morir sin necesidad de preocuparse por Midazolam y Sevoflurano: guardemos las sugerencias para otras áreas. La muerte de Tateo fue natural, padecía muchas enfermedades, todas potencialmente mortales”. Y yo dos anestésicos en el cuerpo ¿Cómo terminaron allí? “Podrían ser dos mil razones – añade el doctor Fedeli –, no podemos descartar además que la propia hija se las diera, con una función ‘consoladora’: él también era su médico”.

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