Es el tercer día de la celebración del Santo de Myra. Es el día del Santo Maná. La Solemne Concelebración Eucarística se celebró en la Basílica presidida por el Cardenal Pierbattista Pizzaballa OFM, Patriarca Latino de Jerusalén, junto con Su Excelencia Mons. Giuseppe Satriano, Arzobispo de Bari-Bitonto y Delegado Pontificio para la Basílica.
“En este momento – afirmó Pizzaballa – necesitamos hablar de alto el fuego”. El cardenal explicó a los periodistas que le preguntaron sobre la guerra en Oriente Medio que “la paz llevará mucho tiempo, será necesario curar las heridas, hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo – añadió – lo primero que hay que hacer ahora para que la paz sea una palabra creíble es el cese de las hostilidades. Bari es una ciudad abierta al Este y nos recuerda que en esta terrible guerra, en esta situación de gran división, de grandes laceraciones, debemos trabajar para construir relaciones. Este no es el momento de erigir barreras sino de derribarlas. Tenemos que ser muy reales porque no será fácil” poner fin a las hostilidades, “no confundir la paz con la victoria”.
