Scholz a la parrilla por el coste del kebab. “Demasiado caro, ahora necesitamos subvenciones estatales”

Scholz a la parrilla por el coste del kebab. “Demasiado caro, ahora necesitamos subvenciones estatales”
Scholz a la parrilla por el coste del kebab. “Demasiado caro, ahora necesitamos subvenciones estatales”

Poco más de un siglo después de la hiperinflación que sacudió a la República de Weimar en 1923, cuando un kilo de pan costaba 5.600 millones de marcos, otro espectro acecha a Alemania. Se trata de la “Dönerflation”, la explosión del precio del döner kebab, el sándwich de origen turco que se ha convertido en uno de los símbolos del país. Para muchos alemanes, el plato era, sobre todo, una comida cómoda: estudiantes, trabajadores y familias de bajos ingresos podían saciar su apetito con 3-3,5 euros. En los últimos dos años, el precio de un kebab se ha más que duplicado, saltando hasta los 7-10 euros.

Los factores del aumento van desde la crisis energética hasta el aumento de los precios de los alimentos, con el efecto multiplicador de la guerra de Rusia contra Ucrania. Además, los minoristas están teniendo que aumentar los costos para hacer frente al aumento de los alquileres de sus negocios. Una espiral cuyo final no se ve, que gira sobre sí misma como el asador en el que se cocina el kebab. En Alemania, donde la inflación es un temor ancestral, la cuestión se ha vuelto política y el canciller alemán, Olaf Scholz, ha acabado en la parrilla. En sus apariciones públicas, al jefe del gobierno federal le preguntan a menudo sobre la “dönerflación” y la introducción de un límite al precio de los kebabs. Se ha hecho viral un vídeo en el que un joven con acento turco insta a Scholz a negociar con el presidente ruso, Vladimir Putin, para reducir el coste del bocadillo de 8 a 4 euros. Al igual que aquellos en Italia que añoran los años en que los trenes llegaban a tiempo, en Alemania muchos sienten nostalgia del gobierno de Merkel porque los kebabs eran baratos en aquel entonces. Con su habitual frialdad, Scholz responde que el precio del sándwich no se puede controlar en una economía de mercado. Ahora la cuestión ha llegado al Bundestag, donde los poscomunistas de Die Linke piden a los escaños de la oposición que se introduzca un freno al coste de los kebabs. Como el mercado falla, el Estado debe intervenir: ésta es la receta de los herederos del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), que gobernó la RDA desde su fundación en 1949 hasta su caída en 1990. Para Die Linke, el precio de el kebab debería limitarse a 4,9 euros, con un descuento adicional de 2,9 para los jóvenes.

Los costes adicionales serían subvencionados por el Estado, que en total gastaría alrededor de 4.000 millones de euros en la intervención. Pero los poscomunistas no se quedan ahí, ofreciendo también un bono de kebab semanal por un máximo de 5 euros, con un descuento de 2,5 para estudiantes. La diferencia con el precio de mercado la pagaría el Estado a los minoristas. Una jugada con marcado sabor populista por parte de la izquierda, que busca desesperadamente votos a falta de poco más de un mes para las elecciones europeas del 9 de junio y de cara a las de septiembre de 2025 para la renovación del Bundestag. Las últimas encuestas dan al partido entre un 3 y un 4%, por debajo del umbral del 5% necesario para acceder al parlamento federal.

Mientras tanto, a pocos pasos de la cámara donde la izquierda lucha por el kebab estatal y de la embajada rusa en Berlín, el sándwich se vende por 7,5 euros.

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