Un perro que ladra insistentemente en el bosque. Parece estar pidiendo ayuda. Los bomberos, advirtieron, no lo dudan. Podría ser un perro que señala la presencia de su dueño en dificultades. Así que a las 18.15 salen de Chiavari rumbo a Borzonasca, aldea de Sopralcroce, donde el perro sigue lanzando al aire su supuesto grito de auxilio. La búsqueda continúa con una caminata de tres horas por el bosque. Una gran demostración de altruismo; la esperanza de poder ayudar a quienes sufren es mayor que el esfuerzo, mientras el sol se pone y avanzamos a la luz de las antorchas. Al final se dan por vencidos: no hay denuncias de personas desaparecidas. Además, se enteran de que en la zona hay dos o tres perros callejeros que también deambulan por el bosque. Podría haber sido uno de ellos ladrando por motivos desconocidos.
El trabajo de los bomberos también es este: liberar a las personas atrapadas en los ascensores que sufren claustrofobia; entrar en casas de personas mayores que se han caído y no pueden levantarse; ayudar a quienes han perdido las llaves de su casa y tienen que regresar a casa porque dejaron la cacerola en el fuego; buscar personas posiblemente desaparecidas incluso si se trata de un perro que da una alarma engañosa. Y en todos estos casos, cuando el periodista de turno llama para saber si hay alguna noticia, escucha la respuesta: “Sólo una administración normal”.
