El adiós a Luca Casali, fallecido en un grave accidente de moto

La iglesia de San Giuseppe en Valleggio es grande, pero no pudo contener a todas las personas, familiares y amigos que ayer por la tarde querían dar el último adiós al fallecido Luca Casali, de 57 años, natural del barrio y residente en Trecallo. tras un grave accidente de moto ocurrido el viernes de la semana pasada en la Canturina de Albate.

Sobre el ataúd de “Nani” la camiseta del portero de la RDA (Luca había jugado al fútbol durante muchos años, siempre en la portería), la bufanda del Vasca Fbc (club de fútbol de la ciudad que también le regaló una corona de flores, de la que había sido presidente además de uno de los fundadores) y también el de San Marino, con amigos del pequeño estado y de Monte Grimano – donde recientemente pasó mucho tiempo cerca de su hija – que llegaron para despedirse de él por la última vez. Todos unidos por amigos históricos de Como y amigos de la familia cercanos a su hija Lucrezia, su madre Marisa y su hermana Roberta.

El momento más conmovedor, antes de salir de la iglesia bajo una fuerte lluvia, fue la lectura – por parte de una niña – de un poema dedicado a “Nani” por sus amigos de San Marino: «Hola, querido Luca. Quizás cada uno de nosotros nos perdimos un día, en un abrazo en medio de un pensamiento, en el borde de un vaso, entre gritos y una sonrisa. Tal vez estabas buscando esa canción que te hizo sentir bien y llenó tu corazón. Tal vez éramos amigos de verdad y ahora te has ido en tu vieja moto a vender muñecas y relojes antiguos, tal vez te vuelva a ver, allá arriba en medio del cielo”.

En la homilía, el padre Umberto subrayó: «Pensar en la muerte ayuda a tomar conciencia de la vida – dijo el religioso franciscano – Especialmente cuando una muerte llega tan repentinamente como la de Luca. Nos hace pensar en el tiempo para amar, para hacer cosas que nunca hacemos. No sabemos si todavía estaremos aquí mañana. No lo sé. Pensar en la muerte nos ayuda a disfrutar el tiempo que se nos da, a amar, escuchar y hacer el bien. Diez minutos más tarde quizá ya no estemos allí, como Luca. Hemos excluido a Dios de nuestras vidas, creemos que decidimos todo, pero luego todo desaparece.”

Una tarde de dolor, pero también de amistad, cerrada (a la salida del ataúd) por un gran aplauso.

PREV Crosetto: nuestra intervención directa está descartada pero debemos ayudar a Kiev
NEXT Blinken: ‘Hamás es el único obstáculo para el alto el fuego en Gaza’ – Últimas noticias