Después de casi veinte años, se ha pronunciado la última palabra sobre el proceso judicial relativo a Edoardo Bombara, un recién nacido que murió dos días después de nacer en el Policlínico de Messina, el 20 de diciembre de 2005. Se investigaba a 16 personas, entre médicos y enfermeros. Un médico fue condenado a pagar casi un millón de euros por la muerte del niño.
La denuncia del padre.
El pequeño Edoardo Bombara murió dos días después de nacer, mientras su gemelo Cristiano aún estaba intubado y en peligro de morir, consecuencias de las complicaciones que surgieron tras su cesárea. El padre, Giovanni Bombara, había denunciado una serie de deficiencias estructurales en el hospital. En particular, según se informó, la temperatura en la clínica era demasiado fría para los recién nacidos e incluso las cunas no tenían la calefacción adecuada.
Un caso de 20 años
Un caso que lleva años con distintos resultados en los tribunales penales para los médicos implicados, y que ahora ve su conclusión a nivel civil. El veredicto final procede de la segunda sección civil del tribunal de apelación de Messina, presidida por el juez Sebastiano Neri y compuesta por los colegas Antonino Zappalà y Maria Grazia Lau, siendo esta última también la redactora de la disposición. Uno de los médicos involucrados en el proceso penal en ese momento fue condenado a indemnizar a los padres del pequeño Edoardo. Las cantidades fijadas ascienden a cientos de miles de euros y en conjunto rozan el millón.
El caso de Buccheri La Ferla
Un caso similar ocurrió hace unos meses en Palermo, donde un recién nacido murió en la trigésima octava semana de embarazo de su madre tras una cesárea de urgencia en el hospital Buccheri La Ferla el 5 de noviembre. La familia presentó una denuncia ante la policía de la comisaría de Scalo, lo que llevó a la Fiscalía a abrir una investigación de la que por el momento no hay sospechosos.
