“Fue un cilindro de GLP en la calle lo que provocó la explosión y no la rotura del ducto”

“Fue un cilindro de GLP en la calle lo que provocó la explosión y no la rotura del ducto”
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Se abriría un capítulo completamente nuevo sobre la masacre de Ravanusa, al menos en teoría, si la versión de los hechos sustentada en la sala por el acusado Guido Catalano, el ingeniero de 77 años que era director técnico de Siciliana Gas en el momento de la masacre tendido del gasoducto de metano en el lugar donde se produjo la explosión que arrasó todo un barrio el 11 de diciembre de 2021. Esa noche murieron 9 personas, entre ellas una joven enfermera que dio a luz unos días después. Catalano, que en 1999 firmó las pruebas técnico-administrativas del oleoducto, está acusado de desastre negligente y asesinatos múltiples en conspiración. Junto a él también está acusado Carmelo Burgarello, de 88 años, director técnico de A.Mi.Ca. Srl, la empresa encargada por el cliente Siciliana Gas para realizar los trabajos de instalación de la tubería “incriminada”.

Guido Catalano, durante la audiencia preliminar ante el magistrado del tribunal de Agrigento, Giuseppa Zampino, se defendió respondiendo a las preguntas de los fiscales Salvatore Vella y Giulia Sbocchia, negando cualquier responsabilidad y ofreciendo por tanto una versión completamente alternativa, respecto a lo afirmado por la fiscalía, sobre las causas de la explosión.

De hecho, afirmó que la doble explosión no fue causada en absoluto por el metano filtrado por la rotura del oleoducto sino, según su versión, por un derrame de GLP que se encontraba en la calle antes de la explosión, tanto en via Trilussa como en vía Pascoli. Este “derrame” provino de un cilindro presente en la zona. En un momento determinado habría explotado, provocando, en cadena, la segunda y más devastadora explosión que tampoco fue atribuible al metano sino presumiblemente, según su tesis, a la presencia de gasolina o fertilizantes que se habrían encontrado. en una de las casas voladas en via Trilussa.

Catalano también se refirió a la fractura encontrada, tras investigaciones técnicas, en el gasoducto de metano en la llamada “conexión S”, justo frente a la casa de una de las víctimas, el profesor Pietro Carmina.

El acusado afirmó que la rotura encontrada en el gasoducto de metano habría sido provocada por las explosiones anteriores y, por tanto, completamente consecuente y no un desencadenante. Según su reconstrucción, el metano se habría escapado del oleoducto y liberado a la atmósfera tras las dos primeras explosiones descritas anteriormente. Ahora bien, para dar sustancia a esta tesis, necesitaríamos comprender cuánto GLP podría haber estado presente en el momento de la explosión para causar un daño tan extenso.

La audiencia se aplazó hasta el 30 de abril para los alegatos finales.

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