
Visitas médicas básicas, apoyo psicológico y acompañamiento en la “jungla” del sistema nacional de salud. Donde entre largas listas de espera y la ausencia de instalaciones médicas de proximidad, las familias se encuentran cada vez más en dificultad. Y no es casualidad que estas experiencias nazcan precisamente en los suburbios y barrios populares de la ciudad, donde la pandemia ha demostrado aún más lo que significa vivir sin un referente sanitario.
En Roma, esperar visitas y exámenes es simplemente ilegal
Porque no hay pediatras en Roma. Y porque pronto será aún peor
Porque reservar una resonancia magnética en Roma es una odisea
La Región paga a las clínicas de rehabilitación el doble del precio de mercado
La clínica popular Roma Est, que funciona desde hace aproximadamente un mes en la casa del barrio Quarticciolo, reúne bajo un mismo techo las experiencias de las realidades sociales de Centocelle y Villa Gordiani: “La nuestra es sobre todo una investigación sobre el estado de salud de gente de este territorio -explica Francesco, médico y voluntario de la clínica popular-. También damos una primera respuesta médica, pero el objetivo es luego facilitar el acceso a la sanidad pública a quienes necesitan tratamiento, que, evidentemente, está fallando en su cometido”.
En Casal de’ Pazzi, detrás del antiguo centro médico Villa Tiburtina por el que se libra una larga batalla para su reapertura, al que también se ha sumado Zerocalcare, la mesa de salud está dentro del comité Mammut. Entre las muchas iniciativas para apoyar a los habitantes, se realizó un chequeo dental a 60 niños: “La necesidad surgió a partir de un cuestionario que enviamos al barrio, y era predecible porque entre todas las necesidades de salud, la atención dental es la que más privatizado – dice Barbara di Riapriamo Villa Tiburtina -. Evidentemente, con los datos que vayan surgiendo, pediremos a la ciudadanía que se haga cargo”. “No es nuestra intención reemplazar la ASL y la Región porque cuidar a las personas es su responsabilidad – recuerda Rita di Riapriamo Villa Tiburtina -. Lo que surge, sin embargo, es la necesidad de prevención y atención sanitaria de proximidad que hoy no existe”.
En el distrito de Alessandrino, desde hace más de 30 años, el Centro de Iniciativa Popular (Cip) ofrece muchas actividades a los necesitados, para adultos y niños. Con la pandemia, se hace necesario establecer y fortalecer el Centro Popular de Salud que continúa apoyando a las familias de la zona: desde certificados médicos no competitivos para niños, hasta asistencia en solicitudes de reserva de pruebas diagnósticas. “Queremos ser un acicate, para que la salud siga siendo pública y dé una respuesta real a los ciudadanos -dice Gabriella, activista de la CIP-. Pero mientras tanto, no dejemos a la gente sola y hagamos lo que podamos”.