Sigue leyendo Darse de baja de las actualizaciones
El tomate se come en todo el mundo. En Italia se comen unos 15 kilos por persona al año. El tomate se puede comer crudo o cocido porque es uno de los ingredientes más queridos de nuestra cocina made in Italy. El nombre de tomate se debe a que en un principio estaba muy extendida una cualidad con un color dorado. A lo largo de los años ha prevalecido la calidad roja del tomate. Hoy en día hay muchos tipos. Un recorrido por los estantes de los supermercados revela cómo el tomate es popularizado por muchas marcas.
El tomate se vende de muchas formas. Tenemos la salsa, el puré, el aterciopelado, la salsa pero también el tomate troceado, pelado y entero. Todo depende de cómo queramos cocinar el tomate para llevarlo a la mesa. A la hora de comprar lista para usar en el supermercado, hay que prestar atención a su etiqueta para no tener problemas con alguna enfermedad. Cuando compras en la frutería, por otro lado, debes tener cuidado con el período en el que compras. El tomate madura entre julio y septiembre. En los demás meses del año siempre debemos estar atentos a su origen porque podría venir de algún país donde no se controle el uso de pesticidas y también nos podría dar alguna enfermedad.
Los tomates son buenos para el corazón. También ayuda a la salud de la piel y la visión. El tomate contiene betacaroteno que, especialmente en verano, protege la piel de los rayos solares y favorece el bronceado. El tomate protege contra tumores, combate el envejecimiento, estimula la diuresis, ayuda a la salud ósea, favorece la digestión y contrarresta los calambres musculares. A veces, sin embargo, favorece alguna enfermedad grave y por eso siempre es bueno saber cuándo no debemos comerlo por cualquier motivo.
Lo primero a lo que hay que prestar atención con los tomates es a la cantidad que comemos. Incluso con el tomate no debes pasarte. Es ácido y corres el riesgo de acidez estomacal. Otra enfermedad que puede causar el tomate en exceso son los riñones porque contiene potasio y oxalatos. La dosis adecuada, para no tener problemas, es no ingerir nunca más de un tercio de taza al día. Así no tienes problemas y no tienes que luchar contra alguna enfermedad.
En conclusión, aquellos que sufren de gastritis no deben comer tomates por ningún motivo. Esta enfermedad, de hecho, se agrava cuando, por ejemplo, se comen muchos tomates, sobre todo crudos. Una estrategia útil para tomar el tomate sin empeorar los síntomas de esta extendida enfermedad es privarlo de la piel pero también de sus semillas. De esta forma se evitan las causas de la posible perturbación. Sobre todo crudo, empeora la gestitis y también provoca reflujo gastroesofágico. También cuidado con las alergias porque contiene histamina.
Sigue leyendo Darse de baja de las actualizaciones