Para la cena de cumpleaños de su hermana, Sofía preparó una trenza genovesa. Habla de ello con flemático placer. «Es una masa de pizza rellena de pesto. Nada complicado. Pero hasta cocinar me cansa». Las fuerzas de Sofía disminuyen. Día tras día. Luchas para caminar. En noviembre, su salud empeoró. Desde entonces ha pasado la mayor parte de su tiempo en casa.. Pero él no se aburre. Dice: «Me entregué en cuerpo y alma al proyecto que tenía en mente. No fue fácil, pero lo logré. La asociación que he creado es una hermosa realidad. Y quizás, en cierto sentido, también mi futuro». La palabra futuro suena extraña y dulce a la vez en los labios de Sofía. Porque no tiene mucho futuro. La asociación de la que habla lleva su nombre: “Sofía en el corazón”. El objetivo es recaudar fondos para financiar la investigación sobre la enfermedad rara que le ha afectado. “No lo hago por mí –dice–. Moriré dentro de poco. Es ayudar a los enfermos del futuro».
El angiosarma cardiaco
Aquí está su futuro. Sofia Sacchitelli tiene 23 años, nació en Génova y estudia Medicina. La enfermedad, un tumor cardíaco, fue diagnosticada en noviembre de 2021. Descubrió que la aurícula derecha de su órgano albergaba una enorme masa de células cancerosas malignas llamadas angiosarma cardiaca. Una patología rara, 2-3 casos por millón de habitantes. Inició tratamiento. En Génova, en el Niguarda de Milán y luego en un centro de Aviano. Al principio había reaccionado bien. Con los primeros ciclos de quimioterapia, la aurícula derecha del corazón de 10 por 7 centímetros se redujo a la mitad. Entonces el tumor comenzó a crecer de nuevo. También a los pulmones. Hubo un momento en que Sofía pensó en suspender los tratamientos, en apagar todo. Cansancio físico, hospitales, drenaje. “Estaba deprimida y con ataques de pánico –continúa-. La familia se reúne. Mamá era la optimista. Inténtalo de nuevo, me animó, no te quedes con la duda, tal vez funcione. Por otro lado mi padre, el pesimista. Dijo que no había nada más que pudieran hacer. Fue el médico quien me convenció de que debía seguir con la quimio».
Síntomas
Ya no piensa en apagarlo todo. Ceder sería como una derrota. Yo creo en el destino. Cada uno de nosotros tiene unoA”. Los drenajes le impiden llevar una vida normal. Tuvo un examen médico el 22 de diciembre. Él no se lo dio. Todavía le quedan siete alumnos de quinto año. Él dice: “Me gustaría graduarme”. Pero es una carrera contra el tiempo. ¿Síntomas? —Lo primero, la tos. Creí que me había resfriado. Luego vino la fiebre. Después de unos días, náuseas y vómitos.. Todos los síntomas no específicos, se llaman así. He perdido peso y se me han hinchado las piernas». No hubo otros casos en la familia y considerando la corta edad le pidió una explicación al oncólogo. “Él respondió: solo mala suerte”. No es científica, pero es la única definición para describir la formación de masa en el corazón que ha producido fluidos alrededor del órgano y los pulmones. En ese corazón donde late un fuerte amor: el sampdoria. A”Soy abonado de la Curva Sud desde los nueve añosni. Fui al estadio todo lo que pude» (en los últimos días el club Sampdoria ha cedido mucho espacio a la asociación de Sofía a través de su web).
Un día normal
El tumor es tan extenso que pronto se dio cuenta de que ya no tenía ninguna esperanza de vida. —Es una frase terrible de oÃr, de pensar. Pero en vez de quedarme en casa llorando o deprimida, prefiero pasar el tiempo que me queda con gente. Estar con amigos es agradable. Eso siempre ha sido suficiente para mí. La normalidad. A”Es lindo levantarse cada mañana para ir a la universidad, estudiar por la tarde, ir al gimnasio. mi normalidad Yo era feliz. Me gustaría vivir otro día como este». Regresa a la estufa. La fiesta de la hermana comenzará pronto. —No me gustaba cocinar. Lo descubrí, no está mal. También comencé a experimentar».